Los fantasmas de la Casa Blanca

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Es el edificio más insigne que tienen los Estados Unidos junto al Capitolio en Washington, su edificación -como tantas otras estadounidenses- es algo más que un símbolo y representa la libertad y la democracia en el gigante americano.

Se comenzó a construir en 1790 por mandato de George Washington, y lejos de lo que pudiera parecer por sus pasillos caminan más que personas y políticos… También seres del más allá que parecen habituados a pasear por lo que, antaño, fue su hogar…

Mucho se ha hablado de los fantasmas de la Casa Blanca, quizás esos mismos testimonios llegan con la muerte temprana del presidente George Washington.Pero no es el único, también se ha identificado a Abraham Lincoln o Martha Washington (esposa de George) y han sido vistos tanto por personal de seguridad como por los propios presidentes, en diversas etapas y mandatos, o invitados de estos.

No ajenas a la fama del inmaculado edificio, diferentes primeras damas, se dedicaron a practicar el espiritismo allí, in-situ, e invocar a los espíritus de los que moran en el lugar, entre estas osadas invocantes estaban Mary Todd Lincoln, Eleanor Roosevelt, Jane Pierce y más recientemente Hillary Clinton que trataba de contactar con Eleanor Roosevelt.

Es curioso que George Washington jamás viviera en la Casa Blanca ya que murió antes de que se concluyera; también es curioso que en periodo de guerras y conflictos bélicos se aumenta la actividad paranormal en su interior.

A veces, en la noche, se siente el sonido triste y acompasado de un violín, el personal de seguridad o el propio presidente se levantan en la noche siguiendo ese melodioso sonido y al final de una habitación se encuentran a Thomas Jefferson con su violín, justo en la habitación que ocupó cuando estuvo en la Casa Blanca.

Dos testigos ilustres de las apariciones en su interior son el mismísimo primer ministro de Gran Bretaña, Winston Churchill o la reina Guillermina de Holanda que afirmaron, sin ninguna duda, haber visto al fantasma de Abraham Lincoln quién además solía provocar raps (sonidos, porracitos) en las puertas de sus habitaciones.

La esposa de Lincoln, tras el asesinato del presidente, realizó sesiones de espiritismo para hablar con su marido, al parecer habría sido el hilo conductor para que el espectro permaneciera en el edificio blanco más famosos del mundo.

De presidente a presidente… Así podríamos denominar el encuentro entre Woodrow Wilson y Lincoln, nadie dudó de su palabra.

Otro fantasma que pasea por el interior de la Casa Blanca es el de la ex primera dama, Dolly Madison, que se apareció en 1940; fue muy singular  y llamativo: se realizaban mejoras en el jardín de rosas que ella mandó sembrar tiempo atrás, cuando estaban en plena tarea se materializó la primera dama provocando consternación entre los jardineros, que no arrancaron los rosales por temor.

Diferentes presidentes como Carter, Reagan, Clinton u Obama han tenido experiencias extrañas en su interior y han hablado de los fantasmas de la Casa Blanca no negando su existencia. Así Gary Walters, jefe de protocolo, presenció fenómenos extraños como puertas que se abrían y cerraban solas o aire helado inexplicado, preludio de este tipo de apariciones.

Experiencias paranormales en la Casa Blanca

/Siempre se habló, a modo de leyenda, de los fantasmas que habitaban dentro de la Casa Blanca, era y es contemplada como un lugar encantado, allá donde espectros ilustres pasean su pesar por los pasillos de la misma.

Quizás quién mejor los conocen son aquellos que han vivido dentro de ella como le ocurre a Jenna Bush Hager, hija del ex presidente George W. Bush, qué calificó de amistosos a los fantasmas del edificio y los calificó de «amistosos».

El presidente George W. Bush, ocupó la presidencia desde 2001 hasta 2009 y las experiencias han surgido a través de «The Today Show«, de la NBC, en el que trabaja de corresponsal. De esta forma narró como en aquella época, junto a su hermana melliza Bárbara, vivían en el 1600 de Pennsylvania Avenue, en Washington DC, y vivieron los sucesos realmente desconcertantes e inexplicables.

Relató como «mi teléfono sonó y nos despertó en mitad de la noche. Teníamos una chimenea en nuestra habitación, y de repente empezamos a escuchar música de piano, como de los años 20, que salía de la chimenea, y se oía tan claro como el día», estando las dos jóvenes despiertas. Añadió que «la semana siguiente escuchamos lo mismo, pero era ópera».

Ambas refirieron su experiencia a un empleado de la Casa Blanca: «Le dije, ‘no vas a creer lo que escuchamos anoche’. Y él me contestó, ‘tú no creerías lo que yo he escuchado’ » y prosiguió «(La casa) está encantada. Da miedo, pero vienen con buenas intenciones. Son fantasmas amistosos».