En muchas ocasiones nos encontramos con viejos lugares donde el misterio echa raĂces y donde la sorpresa de su hallazgo nos conmueve. AĂşn quedan poblados y aldeas fantasmas en nuestra regiĂłn que hacen que nos preguntemos si en esos lugares suceden hechos extraños.
Si paseamos por Cádiz nos encontraremos con algunos de estos lugares o «pueblos fantasmas». El más conocido es, sin dudas, el poblado de pescadores de Sancti Petri donde ya se hablaba hace años de apariciones fantasmales o de haber sido el punto de ubicaciĂłn del «Faro de HĂ©rcules». Desde el año 1946 se tiene documentada la construcciĂłn de las instalaciones donde se alojarĂan como eventual vivienda los almadraberos del atĂşn en su labor de conservar los derivados del mismo. Sobre este mismo particular describĂ aquello que cuentan los testigos: «La presencia espectral suele verse al atardecer, cuando cae el sol como cayĂł su vida. Veraneantes o simples personas que pasean por el lugar se ven sorprendidos por una niña que tiene más del otro mundo que de Ă©ste.
La describen como de unos ochos años destacando su aspecto descuidado, sucia casi, desaliñada, descalza. Muestra especial predilección por manifestarse en los alrededores de la iglesia aunque también por la casa del guarda o las embarcaciones de la playa. Tiene la mirada perdida en el horizonte, triste, casi evocando una época pasada que vivió y en la cual encontró su muerte.
Pero no es la Ăşnica apariciĂłn que encontramos en el poblado pues tambiĂ©n de manifiesta lo que se cree que pudiera ser un sacerdote espectral pues es una figura sombrĂa que viste una especie de sotana y sandalias de color marrĂłn. La apariciĂłn dura escasos segundos y deja boquiabiertos a los testigos».
Más pueblos fantasmas
En Tarifa, en su entorno, tambiĂ©n encontramos un lugar llamado «Los Boquetillos» donde aĂşn son visibles algunas tumbas antropomorfas y lo que parecen viejos sillares que formaron casas y molinos dándonos una idea de lo que pudo haber sido en otro tiempo. Destaca lo que era una casa con acceso a una escalera, de varias plantas y una hornacina que pudo ser una especie de altar. En este pueblo fantasma podemos encontrar la vieja fuente que daba agua a sus moradores y la leyenda que el general del Imperio Romano, Quinto Sertorio, pudo beber de ella. Finalmente es interesante ver la llamada «Silla del Papa»…
Punta del Alamillo es otro de esos pueblos fantasmas, se encuentra a siete kilĂłmetros de Bolonia, parece que podrĂa haber sido parte de dos cortijos como lo fueron «El Puntal», en el Sur, y «El Alamillo» en el norte, cerca del arroyo de Cerona. AllĂ son muy vistosas los chozos o los hornos del pan que tan evocadores resultan.
El poblado fantasma de los Algamitas, en el tĂ©rmino de Medina Sidonia, es otro de esos lugares que llaman nuestra atenciĂłn. Se sabe de su historia que el rey Enrique IV otorgĂł las tierras a Don Rodrigo de Rivera que la vendiĂł Don Pedro de Rivera al marquĂ©s de Cádiz, Don Rodrigo Ponce de LeĂłn el 23 de septiembre de 1482. La reina Isabel II, en el siglo XIX, concede el tĂtulo de «Villa» en 1852. Es considerada como una finca particular desde que el 1874 fuera comprada en subasta pĂşblica por Francisco Suárez Márquez por una cantidad de 9215 pesetas. Se dice que el poblado de las Algamitas fue originariamente construido por la tribu Ăbera de los Turdulos. Curiosamente Fernando Barrera y AgustĂn MartĂn, dos investigadores de misterios, comentaban como «en este sitio dicen que se aparece una especie de ensotanado en determinadas noches y que le ronda la muerte», pero siempre esto hemos de contemplarlo desde la vertiente más legendaria.
En Jerez de la Frontera encontramos la Dehesilla del Algar, otro de los lugares «fantasmas» de la provincia de Cádiz, y que antaño estuvo dedicada a labores de ganaderĂa y hoy abandonados a su suerte como parte de una propiedad privada. Como leyenda popular entre amantes del misterio se cuenta que en su interior se ha podido escuchar las llamadas «voces del otro lado», las populares psicofonĂas.
Son sĂłlo algunos de los lugares abandonados y misteriosos, con fantasmas o sin ellos, con leyendas o sin ellas, de nuestra provincia y que son una buena fuente histĂłrica donde beber y conocer mejor nuestro pasado.