En el año 1971, Roger Perron, su esposa Carolyn junto a sus cinco hijas llamarón a los Warren al notar sucesos paranormales provenientes de espíritus malignos y hasta de una posesión demoníaca.
El edificio se encuentra en la ciudad de Nueva York, se comenzó a construir en 1885 bajo el nombre de Kings Park Lunatic Asylum en Suffolk. Se concibió, inicialmente, como una "granja" pues la edificación era de madera y tenía zonas de cultivos.
El edificio es una casa palacio de estilo señorial, edificada entre 1830 y 1840, por la familia Heredia, donde se captaron una gran cantidad de fenómenos paranormales.
"Entonces escuché claramente una voz que me dijo: "¡Eh! Tú, ¿qué haces?" y me quedé mirando para todos lados con el cuerpo cortado por que aquella voz estaba justo detrás mía" decía nuestro testigo.
Zorrilla narra como aquella mujer llega a tener una particular conversación con él: "Yo soy tu abuelita; quiéreme mucho, hijo mío, y Dios te iluminará".
"Por el cristal biselado de la puerta del salón vimos pasar a una mujer, con un vestido púrpura o parecido, pelo canoso y como recién salida de la peluquería, se veía mal pero se veía".
Tras el parador hay toda una Historia en la que ha tenido diferentes funciones: convento, hospital, albergue, cuartel de Falange en la Guerra Civil, todo ello ha dejado la huella de lo paranormal en el mismo.
Después de varias horas de investigación, y encontrándose en el dormitorio de matrimonio de la familia, escucharon como la alarma de un reloj de pulsera por el salón, ¡que no tenía pilas!
Lo cierto es que los medidores de EMF suelen descontrolarse en determinadas salas, igualmente los medidores de temperaturas registran bajadas que no son normales y las cámaras de visión térmica registran "masas frías" de difícil explicación.
En el término municipal onubense de Calañas existe uno de esos lugares tocados por el halo del misterio y que se trata de un poblado completo, abandonado, que atiende al nombre de La Torerera.
"Comenzó con la visión de sombras negras en la casa. Luego fue a más: la luz se apagaba aleatoriamente, la televisión se encendía sola, el teléfono se congelaba sin motivo, la vajilla hacía ruidos extraños".
Hay veces en el que la realidad supera a la ficción y hay hechos aterradores que son experiencias muy traumáticas para las denominadas como "víctimas del misterio".
En ocasiones, en viejos edificios, al penetrar en ellos, sin conocer la historia, se despiertan sensaciones y acaba surgiendo un fenómeno espontaneo, paranormal.
Cuando se acaba la película se respira y casi se dice para dentro: "Ya pasó" pero puede que muchas de esas casas sean reales y que se basen en hechos que han sucedido.
“Entonces vi una forma negra en la escalera y me entró muchísimo miedo. Eran las ocho de la tarde y salí corriendo hasta que llegara mi compañero. Lo que vi no era humano, era grande, de unos dos metros y se movía a muchísima velocidad”.
La película se basa en hechos reales sucedidos al arreglista musical Russell Hunter tras mudarse a una casa de Cheesman Park (Denver) a finales de los años 60.
Misterio, fantasmas, rituales satánicos, todo se une en un edificio con tanta historia como interés despierta en aquellos que, en muchas ocasiones, no entienden de propiedad o del riesgo que entraña explorar un lugar así.
Instalaciones que tuvieron un gran esplendor, renombre y que hoy día despiertan otro interés, despierta otra curiosidad, incluso el fenómeno de las urban.
La historia de esta casa es singular, fue en el periodo del invierno de 1970 cuando la familia Perron se traslada a la granja en Harrisville, en Rhode Island, allí vivieron una serie de sucesos paranormales.