¿Compraría una casa encantada? ¿Sabría vender su casa si sabe que en su interior hay fenómenos paranormales? Muchos lectores dirán aquello de «mejor no ponerse en ese caso» pero lo cierto es que son muchas las personas que se encuentran en casos similares e, incluso, el mercado de las «casas encantadas» tiene sus compradores. En el Reino Unido una casa con fantasmas es una casa con «pedigree», con tradición y con un valor añadido.
Quizás, por todo ello, surgen normas muy específicas para tener controladas este tipo de casas, en Inglaterra se publica y publicita abiertamente, en Japón hay una ley que obliga a las inmobiliarias a indicar el pasado (con todo lo ocurrido y datos de interés) de una casa que se vende así como -esto es muy interesante- decir si se trata de una «Jikko Buken», es decir: una casa encantada.
Así nos encontramos que en el país del «Sol Naciente» las casas deben estar perfectamente etiquetadas y saber si han sido el escenario de crímenes, asesinatos, muertes por accidente, muertes naturales, si se ha construido sobre un cementerio o un crematorio, si es foco de actividad paranormal o si, como «sumun» tiene fantasmas. Todo ello forma el dossier de venta del inmueble y es motivo por el cual se puede retrasar o acelerar. Se es siempre temeroso de comprar una casa encantada y por eso muchos edificios quedan señalados en un país que es especialmente temeroso y supersticioso (muchos ascensores no tienen el número 4 por ser tenido como de «mala suerte»).
Por todo ello, por el miedo que provocan estas casas y porque hay personas que necesitan venderlas ha surgido una empresa especializada en colocar este tipo de viviendas, es Jobutsu Estate que se ampara en todos los detalles más escabrosos de los inmuebles para dotarlo de un mayor interés de cara a compradores potenciales de «casas encantadas» sin tener excesivas dificultades o mucho tiempo detenida -por el respeto que infunde- la venta de la misma.
Así la empresa se extiende en todo tipo de descripciones de lo sucedido en el interior de los mismos y lo que ocurre, respaldan los precios económicos de venta y, lo curioso, es que está resultando ser un éxito. En la web de la empresa se permiten las búsquedas en siete categorías distintas e, incluso, tener la posibilidad de «ver tumbas» desde la ventana o poder elegir entre las horas que se encontró a un muerto en la misma con un «ratio» de 72 horas. Igualmente si hubo un incendio con muertes, suicidios o asesinatos con todo tipo de detalles escabrosos.
El buscador de la página es especialmente destacable pues muestra además imágenes de las casas y, sorprende, como muchas de ellas tienen apariencia totalmente normales, alejadas de casas en mal estado o con muebles antiguos, muchas de ellas están reformadas, con muebles que dan mucha luminosidad y mayor amplitud donde también, la misma empresa, puede hacer reformas que son muy interesantes.
El CEO de Jobutsu Estate, Koji Hanahara, al medio Asahi, dijo que hay casi 50.000 inmuebles etiquetados como «accidentales» y que, en muchos casos, las empresas ocultan lo sucedido en ellas a los compradores potenciales que suelen ser jóvenes o personas con una familia o proyecto de familia que buscan opciones económicas en el mercado y que no se les avisa de las circunstancias producidas en el interior de los mismos.
Hanahara indicó que la mayoría de las muertes producidas en el interior de estas casas son por causas naturales, el 20% de ellas están calificadas así y que en no todas ocurren hechos extraños, ya está el gusto o no del comprador por adquirir una casa donde ha muerto alguien, aunque cuando la necesidad apremia ese aspecto pasa a ser secundario pese a que se convierte en un problema al revender.
Así las casas pasan a ser un objeto de interés y se les va quitando el estigma que tienen todas las «casas encantadas» y el miedo que ello provoca. En Europa o América pocos serían los que querrían vivir en una casa con fantasmas y, parece, en Japón la situación es análoga.