El pasado histórico de Cádiz es muy amplio y las huellas de la presencia humana son abundantes aunque no por ello conocidos, uno de estos puntos de la prehistoria de la península ibérica, de gran trascendencia, es el que nos encontramos en la localidad de los Llanos de Villamartín.
Su descubrimiento, como en otras ocasiones, fue fortuito y se debió a la retirada de piedras en el camino de labranza de esta zona. Aquello no eran simplemente piedras y una investigación sobre el terreno arrojó luz sobre lo que era uno de los mejores yacimientos prehistóricos de la provincia.
Interés arqueológico
Debido a ello, en 1933, los arqueólogos pasaron a controlar el yacimiento extrayendo del mismo elementos como una gubia, hacha y azuela, piedras pulimentadas, huesos y cuentas de un collar de conchas (523 cuentas) así como otros elementos pétreos de color verde.
Todo ello, dada su importancia, fue trasladado al Museo de Cádiz donde se comenzó el estudio y la dirección del yacimiento fue tomada por la Universidad de Cádiz de la mano de J. Ramos Muñoz y F. Giles Pacheco. Los resultados de aquel buen trabajo no se hicieron esperar y se pudo saber que era perteneciente a la cultura del Neolítico y que el dolmen tenía la estructura habitual en una micro sociedad agropecuaria muy básica.
El dolmen es impresionante pues tiene 20 metros de longitud y su forma o planta es trapezoidal. Se corresponde con el tipo de dolmen que podemos encontrar tales como el de Soto o el de Menga. La anchura que tiene es de dos metros en la entrada para abrirse en la cabecera a los 4 metros. Como en este tipo de construcciones nos encontramos que acaba en una cámara cuadrangular con piedras verticales. El peso de estas piedras puede llegar a alcanzar las 8 toneladas de peso y debió tener una techumbre que unos 50 metros de diámetro que le daba una apariencia portentosa e impresionante.
Se encontraron restos de hogueras en su interior que dio una datación de unos 5.568 años ubicándolo en el 3.500 a.C.-4.000 a.C. (aproximadamente) siendo uno de los más antiguos de Europa por delante de muchos otros y uno de los de mayor antigüedad de la península ibérica.
Turismo arqueológico
El dolmen además se ubicaba en un punto estratégico en el curso de lo que es el río Alberite (de ahí su nombre) y que, en esta zona, habría otras ocho construcciones más que se identifican con siete galerías y un menhir.
Hoy día esta joya puede ser visitada estando dentro de la Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos y que se interpretan sus restos así como se muestra todo el valor patrimonial que tiene aunque el centro de interpretación del mismo no se llegó a concluir, el dolmen si es visitable y también, hay que lamentar, que se haya tenido acciones vandálicas en torno al mismo dada la falta de vigilancia. Un resto de nuestro pasado, muy interesante, que no debe dejar de visitar (y respetar).