¿Conocías las lluvias de peces, ranas, codornices en Cádiz y su provincia en la Historia?

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Charles Fort coleccionó, a lo largo de su vida, un sin fin de acontecimientos insólitos que iban desde objetos extraños que se veían en el cielo hasta lluvias insólitas. De ello les quiero hablar y que tienen mucho que ver con la provincia de Cádiz.

Dentro de esas lluvias misteriosas está aquella en la que el agua que caía del cielo era de color verde, un llamativo colorido que tuvo como escenario la localidad de la Sierra de Grazalema de Benamahoma. Así aquella lluvia generó todo tipo de comentarios y se encontró la explicación de la mano del técnico superior de cultivos marinos Jesús Vargas que decía: «La pigmentación del agua es debida a la microalga. A no ser que estén presentes las bacterias cianofíceas, que en algún caso pueden contener toxinas. Pero a tal efecto producen lo mismo, y es que no suponen ningún daño más que la bajada de oxígeno en el agua por la noche debido a la fotosíntesis».

«Las algas microscópicas de este color verde o pardo no son peligrosas. Las violáceas son las tóxicas, las que aparecen en los mejillones, ostras y demás sí son perjudiciales, provocando gastroenteritis por poner un ejemplo» tal y como recogían los medios de comunicación en aquellos días.

Lluvia de codornices

Igualmente, al sur de Cádiz, en San Fernando, el 25 de septiembre de 1872, llovieron codornices, o así lo reflejó la prensa de la época. Fue el diario «La Discusión» el que publicó la información y que aquellos animales sirvieron para el «rancho» del Ejército de Tierra y la Marina en dicha localidad. Cuentan las crónicas que los soldados no sintieron temor y que se pudieron recoger 30 docenas de codornices máxime cuando eran tiempos de hambre, una de esas tristes etapas por las que pasó este país y que nos fue una excepción en otros años venideros. Aquellas aves fueron un manjar llovido del cielo que mitigó el hambre de aquellas personas.

Lluvia de ranas

En Jerez de la Frontera se registra otro hecho importante y extraño que trajo la lluvia como fue una lluvia de ranas sobre la Azucarera Jerezana y que el diario «El Guadalete» recogió entre sus páginas.

Dentro de esos hechos forteanos surge también el fenómeno de los aerolitos cuando se registró la caída de estos en la zona de Cádiz -entre otras de España- allá por el año 2000 y que fueron objeto de informaciones y portada de diarios. En el popular barrio de la Viña, en Cádiz, aparecieron unos bloques de hielo de grandes dimensiones de 4 kilos de peso, era el 16 de enero del 2000. En el caso gaditano se descubrió que era agua de grifo congelada que, según se informó, se encontró por un ciudadano pero que, realmente, surgió del frigorífico del dueño de un restaurante.

En ocasiones han caído lluvias «de sangre» pero que se corresponde con un contenido de arena sahariana o de pigmento ocre de bancos de arena y que crean esa falsa apariencia.

Una lluvia de ranas cayó también sobre Sanlúcar de Barrameda en 1954 y que contaría el director del Instituto Eclesiástico Diocesano Nuestra Señora de los Reyes, el padre Juan Francisco López. Él decía: «Por aquel entonces yo era alumno de este centro, que hoy dirijo, y recuerdo perfectamente aquella tromba de agua y ranas que cayó sobre el colegio y sobre una zona de cultivo conocida como Monte Algaide. No fui el único, varias decenas de alumnos fuimos testigos de esta singular lluvia» tal y como recogía en su día la revista «Más Allá» dedicada a temas de misterio.

Lluvia de langostas

El 12 de noviembre de 1876 se registró en Cádiz una lluvia de langostas que habrían sido «absorbidas» por una tormenta desde la costa africana.

En 2008 se informó desde medios de comunicación, como Diario de Cádiz, de una lluvia de peces de pequeño tamaño y que habría arrastrado a alevines de pescado o huevos debido a un fuerte temporal que se vivió en toda la zona costera; igualmente en 2013 en las playas de Rota, una lluvia de salesmas.

Son lluvias extrañas que han sucedido en Cádiz y su provincia que por imposibles que puedan parecer son absolutamente reales.