El «buscador de fantasmas» Zack Bagans compra el «coche» maldito de James Dean

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El famoso actor James Dean, protagonista de películas históricas y de tanto éxito como «Rebelde sin causa» o «Gigante», murió siendo muy joven y todo un ícono para toda una generación y para todo el mundo.

Murió en un accidente de tráfico cuando conducía su Porsche 550 Spyder al que llamaba «el pequeño bastardo» y del que dicen que está maldito a tenor de una serie de hechos que se produjeron en torno al mismo y que son, ciertamente impresionantes.

Debido a esos hechos paranormales, o debidos a un increíble azar, o por la maldición, el «buscador de fantasmas» Zack Bagans lo ha comprado, en subasta, por más de 300.000 euros. El presentador de «Buscadores de fantasmas» es un coleccionista de este tipo de objetos malditos que luego investiga y expone en un museo insólito en Nevada que, seguro, le saca un buen rendimiento televisivo. Aunque hay que especificar que lo que realmente ha adquirido el transeje del mismo, curiosamente vendido por el anterior propietario, que lo compró en 2020, por decir justamente «que está maldito».

Una curiosa historia

En uno de mis libros hablo, precisamente de este caso, en el que cuento las extraordinarias y luctuosas consecuencias del automóvil para todo el que se relacionó con el mismo:

“Hay objetos que parecen estar malditos, objetos que una vez se cobran su tragedia parece que alimentan su voracidad y siguen cobrándose víctimas para conformar una leyenda difícil de creer. Es lo que le ocurrió al actor norteamericano James Dean en su coche, en su Porsche, que él llamaba “pequeño bastardo”. Y ese automóvil sería el objeto desencadenante de una serie de negras casualidades.

El mítico actor norteamericano murió en 1955, en la cumbre de su carrera y tras un trágico accidente con el auto que conducía, aficionado a la velocidad aquel día tomó decisiones incorrectas, como la de conducir su automóvil por aquella polvorienta carretera.

Con lo que quedó del automóvil se trató de llevar los restos a un garaje, y comenzó la tragedia: el motor cayó y quebró las piernas de un mecánico. El médico que compró esta parte del coche de James Dean y se la puso a un auto de carreras con el ánimo de competir pero chocó y murió poco después.

El automóvil del actor fue “reconstruido” y una noche el garaje se incendió. Fue, tiempo después, exhibido en Sacramento, allí se cayó el pedestal sobre el que estaba y le rompió la cadera a un muchacho.

Cuando transportaron el vehículo a otra ciudad, el camión que lo llevaba se estrelló contra un comercio.

El acto final de la maldición del “pequeño bastardo” de James Dean llegaría en 1959, cuando el auto termina partiéndose inexplicablemente en once pedazos, mientras era expuesto sobre una sólida base de acero.

Afortunadamente se prefirió no tentar más a la suerte ni al auto de James Dean, que no sería el único coche con estas casualidades en torno a él…” ¿Se puede atribuir todo a la casualidad o al infortunio?

El fantasma de James Dean

Pero los hechos extraños no terminan ahí pues son diferentes los testimonios que afirman haber visto a una especie de sombra, de silueta, similar a la que provocaría el propio Dean, rondando las partes de su querido –y maldito- Porsche, para muchos hay una relación entre esa supuesta aparición y la muerte del actor, un vínculo, emocional o sentimental, con el automóvil que provocaría la aparición de tan particular espectro.

Sea como fuere, a buen seguro, el propio y popular Zack Bagans sabe sacarle el jugo a una historia y a una parte del coche que, seguramente, tenga mucho encanto y recabe mucha audiencia.