Todo aquel que se ha detenido a pensar sobre una hipotética visita de seres de otros mundos a nuestro planeta piensa en un grado de sofisticación alto teniendo en cuenta las tremendas distancias que se deben cubrir para llegar a nuestro sistema solar y nuestra Vía Láctea, un viaje de años luz que no debe ser tomado a la ligera e implica un desarrollo científico alto.
El controvertido caso UMMO
Por eso cuando una pretendida civilización extraterrestre se pone en contacto con los seres humanos y lo hace vía postal resulta, cuando menos, chocante. Ese es el caso los ummitas y por eso muchos hayan querido desmontar el caso Ummo.
La civilización venida de la estrella Wolf 424 que mostraba parte de su cultura en esas cartas así como de su lenguaje o conocimientos resultaba contradictoria. Llegaron, incluso, a llamar por teléfono a sus contactados, la voz –grabada- era gutural y se les entendía con dificultad. Pero no se podía decir con rotundidad que fuera todo un fraude o una broma o, por el contrario, una realidad –más difícil de creer-.
Uno de aquellos argumentos que se creyeron a favor de los ummitas fueron las famosas fotografías del OVNI con el sello de Ummo en la panza, en el fuselaje, captadas en San José de Valderas (Madrid) el 1 de junio de 1967, si bien su autenticidad ha quedado muy en entredicho.
En España se vieron varios de estos OVNIs –a decir de los testigos- en otros puntos como Cunit y Cubellas, otros testigos como Josep Marcillas y Víctor Lora hablaron de un avistamiento con aterrizaje de un OVNI ummita en el que, incluso, dejó las huellas del aterrizaje.
La clave de José Luis Jordán Peña
Pero todo da un giro radical en el tema cuando en el año 1996 el investigador José Luis Jordán Peña, que llegó a ser vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología, se imputó la autoría de todo el caso, él manifestó ser el autor de los cientos de cartas enviados y responsable del fraude teniendo la ayuda ocasional de algunos de colaboradores.
Según Jordán Peña trataba de inspirar con este fonosimbolismo la falsedad de su contenido pues Ummo es una evocación de Humo (nada) y decía al respecto: “Elegí al azar la estrella Wolf 424 ya que mi objetivo real no era desarrollar un mundo extraplanetario creíble. […] Redactaba los informes los sábados y domingos por la tarde, y aprovechaba mis viajes al extranjero para enviar desde allí las cartas. […]
Utilizamos la maqueta colgada de un hilo de nailon muy delgado. Usamos una velocidad muy rápida 1/1000 para que el platillo y el fondo de la foto saliesen igual de enfocados, y el platillo pareciese más grande. Llegué a entrevistar personas que decían haber visto el platillo, pero que no recibían mi remuneración. […]
Empecé a indignarme al ver que la secta Edelweiss marcaba a fuego con mi símbolo a niños. Y luego recibí una invitación anónima desde Cuba, para asistir a no sé qué reunión ummita en casa de Joaquín Farriols, así que decidí cortar el experimento que llevaba haciendo 25 años. […] Estoy arrepentido de haber creado un experimento inmoral que se ha vuelto contra mí”.
El OVNI de San José Valderas
Pero de todo lo que argumentó daba la sensación que Jordán Peña tal vez sólo buscaba autoimputarse la autoría de un fraude –si lo era realmente- que le quedaba grande pues no tenía conocimientos para ello y caía en graves errores cuando lo trataba de explicar como, por ejemplo, la velocidad usada en las cámaras fotográficas. Pese a que las imágenes del OVNI de San José de Valderas son un fraude.
Antonio Ribera, el célebre y reputado investigador-divulgador de temas ufológicos- analizó aquellas imágenes creyendo en su autenticidad. Llegó a escribir un libro, junto a Rafael Farriols, llamado “Ummo, un caso perfecto”.
Otros investigadores tenían la sensación que tras este tema se podía esconder la acción manipuladora de los servicios de inteligencia tratando de comprobar como influía este tipo de contacto en el sistema de creencias de las persona o, tal vez, como parte de un experimento de control mental muy a la americana.
Otro de los autores emblemáticos en este tipo de materias es el periodista e investigador navarro Juan José Benítez, J.J.Benítez, autor de la saga “Caballo de Troya” y otros libros de ufología muy apreciados por los amantes de este tema. En una entrevista concedida en México manifestó su creencia en la realidad del mismo.
J.J. Benítez dijo al respecto: «Yo creo que hay una parte del fenómeno Ummo que podría ser cierta, es decir, algún tipo de civilización que no sabemos, no conocemos, se pone en contacto con una serie de personas en los años sesenta.
Transmiten una serie de conocimientos científicos y se dejan ver con unas naves que tienen en la parte inferior, en la panza, un símbolo, una especie de H que según ellos simbolizaría su mundo, ahí luego se mezcla eso con la realidad de algunas personas que tratan de manipular el fenómeno, que crean informes falsos, que crean cartas falsas y entonces todo se oscurece, pero el fenómeno yo creo que fue real o es real».
Hubo una experiencia previa en hacer algo similar de la mano del conocido contertulio de un café madrileño llamado “Café Lión” y en la tertulia “La Ballena Alegre”. Era Fernando Sesma que ha hizo una experiencia con un presunto extraterrestre, saliano. Pero no cuajó aunque pudo ser la idea inicial de todo ello.
El tema Ummo no deja a nadie indiferente aunque esté muy en entredicho y el sentimiento general con respecto a todo ello sea el de un tremendo fraude en el que cayeron muchos, era otra época, eran otros tiempos y, desde luego, era una sociedad más crédula que la actual con todas las tecnologías y redes de comunicación a su alcance.
Sus cartas, sus pocas llamadas telefónicas, son parte hoy día de la Historia de la Ufología, otra cosa será desvelar lo que se escondía –o quién se escondía- tras un apasionante y polémico tema como este en el que muchos fueron los implicados y muy pocos los responsables visibles.