Imagine que puede revivirse a una persona que ha fallecido, para muchos es parte de la ciencia ficción, para otros genera un lógico miedo, terror, inquietud y, los más racionales aplican el principio de imposibilidad así como, de ver una hipótesis factible, tratan de encontrar la forma de llevarlo a cabo.
La realidad del «efecto Lázaro»
La resurrección de un fallecido es, hoy día, poco menos que una quimera pero ello no significa que nuestra Ciencia no esté investigando ese campo y poder lograr lo que se llama el «efecto Lázaro», algo que hay que conocer un poco mejor y el entorno en el que se puede aplicar.
Inicialmente explicar lo que es la muerte no es tarea sencilla aunque pudiera parecerlo. En ese sentido encontramos el proyecto de investigación de la Universidad Estatal de Nueva York de la mano de Sam Parnia, a su vez director de proyecto Conciencia Humana en el Hospital de Southampton. Así, grosso modo, Parnia indica que lo más efectivo es enfriar el cuerpo de la persona usando gel y catéteres, eso implica la reducción de la actividad metabólica de las células y su conexión aun máquina.
Un oxigenador se encargará de activar la circulación y provocar la oxigenación de la sangre. Según Parnia este sistema -muy complejo- sería el que podría resucitar a una persona hasta siete horas después que el corazón de la misma haya dejado de latir.
El sistema no es ni sencillo ni barato pero explican que sería factible. Igualmente explica que las células de cerebro son «viables» y que podrían ser cultivadas en laboratorio hasta cuatro horas después de la muerte de la persona sabiendo que las células de grasa viven durante 13 horas, las de la piel 24 horas y las de los huesos cuatro días.
Parnia además explicaba cómo ha habido personas que han estado clínicamente muertas durante cinco horas se les ha recuperado para la vida llevando esta de una forma normal. Las técnicas de resucitación son muy importantes siempre y cuando se realicen correctamente. El profesor indicaba que tras un proceso tan complejo como el de la muerte clínica, por ejemplo tras un ataque cardiaco, el cerebro se sumerge en una «hibernación» y se protege así mismo de la muerte disminuyendo su actividad a la espera de reactivarse.
La resurrección de un paciente: Joe Tiralosi
San Parnia decía sobre todo ello: «En la última década hemos visto un gran progreso. En la medicina actual podemos traer a la gente de vuelta a la vida una o tal vez dos horas, a veces incluso transcurrido más tiempo, después de que su corazón dejó de latir, se puede devolver a la vida a un persona horas después de haber muerto. Se podría llamar a eso resurrección, si se quiere, pero todavía yo lo llamo ciencia de la reanimación».
“Ahora sabemos que recién cuando una persona se convierte en cadáver que sus células comienzan a morir, el cuerpo muere, pero si manipulamos bien esos procesos podemos hacer que el corazón vuelva a funcionar y traerlo a la vida”.
“Ahora sabemos que recién cuando una persona se convierte en cadáver que sus células comienzan a morir, el cuerpo muere, pero si manipulamos bien esos procesos podemos hacer que el corazón vuelva a funcionar y traerlo a la vida”, era un fragmento del libro «Efecto Lázaro» San Parnia sobre un paciente llamado Joe Tiralosi.
¿Realidad o ficción? En este caso le avalan los argumentos científicos aunque pueda quedar lejos de aspectos más intensos de la supervivencia de la vida después de la muerte o certificar la resurrección de personas muertas por más tiempo.