El Hogar Virgen de los Reyes, en Sevilla, está ubicado a escasos 50 metros del Parlamento de Andalucía, antiguo Hospital de las Cinco Llagas o de la Sangre entre cuyas paredes, y es muy conocido a nivel popular y de medios de comunicación, el fantasma de sor Úrsula.
En el Hogar Virgen de los Reyes se comenzó una amplia tarea de investigación en el año 2007 que culminó con diferentes reportajes y obras escritas sobre el mismo teniendo todos los testigos como «víctimas del misterio» y asustados protagonistas de esta historia tan particular.
En el Hogar Virgen de los Reyes se ve a una monja aparecerse que tiene un lugar elegido: la antigua capilla; hoy retirada de culto y lugar de talleres ocupacionales o eventos del Ayuntamiento de Sevilla, a través de su distrito.
Fue el profesor de baile José David Flores quién destapó esta «caja de Pandora» y salió a la luz un caso tan espectacular como aterrador: niños espectral, movimiento de objetos, apariciones a alumnos, monjas fantasmas y un sin in de fenómenos extraños que se manifiestan en su interior.
Otro nuevo testimonio se viene a unir a todo este espectacular caso del que fuimos pioneros en su investigación. Se trata de Marisa, nuestra testigo, quién preocupada debía hablar y «contarte algo que me ha pasado y que no me acabo de creer».
Así me dispuse a hablar con ella que me contó su apasionante historia: «yo era hija de las hermanas del Virgen de los Reyes, me crie allí y tengo unos recuerdos muy claros de aquellos años. No hace demasiado regresé a Sevilla y al cabo de los días quise acercarme allí, a ver el colegio.
Llegue y estaba todo muy bonito, con los jardines y el ladrillo con muy buena presencia pese a los años pasados. Me quedé impresionada. Entré dentro y de repente vinieron hacia mí dos monjitas que me dijeron si me podían atender en algo.
Les expliqué que era hija del Hogar y que sólo me había pasado a verlo. La madre portera me tomó del brazo y la otra monjita me escoltaba y comenzaron a enseñarme el salón donde comíamos, las aulas de enseñanza. Me subieron a las habitaciones. Fueron muy amable y me dijeron que me pasara por allí para celebrar el día de La Milagrosa«.
Yo, sorprendido le dije: «¿Y cuándo fue eso?«. Ella me miró y me dijo: «hace menos de un año». Mi sorpresa crecía y dejé que siguiera su relato, su experiencia.
«Entonces pasó el día de La Milagrosa y por unas cosas y otras no pude ir. Pero en Diciembre me dije ir a disculparme por no ir a su invitación. A llegar le recibió un guardia de seguridad o alguien de portería de allí y me dijo que donde iba. Yo le dije que a ver a las monjita y él me dijo que allí no había monjitas.
Le dije que sí que yo había estado con ellas hace unos meses y me enseñaron el colegio. Entonces el hombre al verme la cara me dijo que pasara, me enseñó el centro y todo estaba cambiado de como yo lo vi entonces, totalmente cambiado.
Sorprendida me dijo que esperara y llamó a una compañera, la chica salió y me dijo que las monjitas llevaban décadas sin estar allí y que lo que yo había visto era una cosa de la que no se solía hablar allí. Asustada les pedí que me lo contaran y me hablaron de las monjas que allí se aparecen y que lo que a mí me había pasado ya le ocurrió a otra persona y que allí, en el Hogar, se aparecen fantasmas».
Marisa tenía la carne de gallina mientras me lo relataba que, unido a todo lo que sabemos de este centro, pues hacen una experiencia increíble más sucedida en su interior.
Si alguna vez visita el Hogar Virgen de los Reyes y le reciben dos monjitas sepa usted, amigo lector, que se encuentra ante la visión de lo quimérico, ante lo imposible, ante la esencia misma del misterio.