En muchas ocasiones hay personas que deciden dar un paso adelante, en todo lo que es denominado como «Paranormal», y atreverse a tomar su propio camino en el terreno de la investigación emulando a ídolos, o modelos, televisivos y radiofónicos.
Pero cuando se hace una investigación paranormal se debe tener cuidado no sólo con el lugar elegido para hacer una investigación -que suele ser un lugar abandonado por la facilidad para entrar- sino también hay que tener cuidado con lo que sucede dentro de la misma.
Una investigación paranormal no es sólo ir a un sitio presuntamente encantado y hacer una ouija o poner una grabadora, es mucho más, es tomar mediciones y documentarse profusamente sobre ello.
La «Casa del Abuelo»
Pero todo esto viene al caso de una investigación que trataron de hacer unos chicos en Cádiz, sus protagonistas, Paco e Inma, me decían: «Pues mira, comenzó todo casi de casualidad. Estábamos viendo una noche «Cuarto Milenio» y estaban tocando un caso en una casa encantada, Inma me dijo que lo quitara que siempre era igual y que era tarde. Yo le dije que es que se parecía mucho a lo que pasaba en casa de mi abuelo y ella me dijo: «¿Se puede entrar en el piso de tu abuelo?». Mi abuelo, José Manuel, murió hace un par de años y en la casa los vecinos se quejan que hay pisadas y golpes que, siempre, lo hemos atribuido a tuberías y demás. La cosa es que le dije que mi madre tenía las llaves y que era cuestión de cogerlas por que el piso no se vende y está ahí. Así que una tarde cogimos las llaves y fuimos. Tratábamos de imitar lo que veíamos en la tele y conocíamos al dedillo, pero fue una mala idea», decía nuestro testigo.
«Al llegar no supimos bien que hacer e Inma cogió y se puso en la mesa del salón con el móvil y se puso a preguntar si había alguien allí, que cuál era su nombre y eso, entendí que estaba queriendo grabar o captar psicofonías por lo que guardé silencio. Preguntó si era el abuelo y se escuchó un golpe en la cocina muy fuerte, como cuando se cierra un mueble de un portazo. Me sorprendió y fue a ver pero nada, todo bien y luego en el pasillo se escuchaban como pisadas que yo atribuí al vecino del lado o de arriba, por no buscar una explicación así paranormal de primera hora, tu sabes» explicaba.
Terrorífica sesión de ouija
Pregunté a Inma, nuestra otra protagonista, sobre las pruebas: «Realmente en las grabaciones no salió nada, sólo Paco alejándose al andar, también hicimos fotos pero no salió nada interesante, polvo y poco más». «¿Llevabas una ouija, verdad?» repuse y me contestó: «Si, no pensaba hacerla por que hace años que no hago una y me da respeto pero como ya habíamos terminado pues decidimos hacer una sesión y comenzó aquello que fue impactante. Paco me decía que él no creía en eso y que no lo asustara moviendo yo el vaso pero cuando comenzamos pues no pasó nada, después de varios minutos, casi para abandonar la sesión, al preguntar si había alguien allí se movió el vaso al si y a partir de ahí comenzó a coger velocidad. Paco preguntó si estaba su abuelo allí y dijo que no pero al preguntar por el nombre nos dijo que se llamaba Adela, una mujer que vivió allí y que no nos quería allí, que molestábamos. Se comenzó a mover el master a una velocidad tremenda» decía.
«Pedí una prueba que estaba allí esa presencia y se cerró la puerta de golpe donde estábamos y notamos mucho frío, era muy raro todo y me dio miedo, por lo que le dije a Paco de cerrar la sesión e irnos, me asusté y él también estaba asustado. Cerré la sesión y no levantamos para irnos y fue cuando por el cristal biselado de la puerta del salón vimos pasar a una mujer, con un vestido púrpura o parecido, pelo canoso y como recién salida de la peluquería, se veía mal pero se veía. Entonces Paco dio un paso atrás y me dijo que nos esperáramos, tenía miedo y yo más que él. AL cabo de los tres o cuatro minutos abrió y no había nadie, la puerta de la casa no sonó, además hay un «ding-dong» de presencia cuando se abre y no sonó, de haber algo estaba allí pero registramos la casa y no había nadie. Cerramos todo muy bien y nos fuimos».
En días sucesivos los vecinos de este inmueble se quejaron de ruidos en el piso e, incluso, llamaron a la madre de Paco para saber si había alguien dentro: «al ir y abrir la puerta sólo salió una bocanada de aire frío y ya está, vacío».
Les pedí que hicieran unas indagaciones y descubrió que antes que allí no había vivido nadie más que sus abuelos pero que en el bloque murió una persona que se llamaba Adela y que tenía mucha amistad con la familia y solía «echar muchas tardes allí tomando el café con ellos, creo que se trata de ella».
Pues que sea simple casualidad, o puede que no, pero es lo que puede suceder siempre que se «juega» con lo desconocido o con lo que no se controla en planos tan delicados como los que se denominan como «Paranormal».