En muchas ocasiones el amante del misterio o, simplemente, el curioso, acuden a determinador lugares que tienen fama de estar encantados, de estar habitados por fantasmas o donde, se dice, que ocurren hechos paranormales.
Es el hecho que les quiero contar cuando unos chicos decidieron ir a un lugar donde, en su abandono, parecía que sucedían hechos extraños. Miguel Fernández me decía: «Sería el 2014 o 2015 cuando unos amigos y yo decidimos ir en las motos, por noche, a un sitio, a la Hacienda de los Russo, un sitio que está en San Roque y que era una vieja casa que, en su día, debió estar muy bien. Está en Campamento y perteneció a un señor que se llamaba Jaime Russo O’Really, cónsul de Cuba en Gibraltar y también la llamaban Finca de la Rosaleda, muy grande».
Fenómenos paranormales
Deciden ir a este lugar armados con linternas y grabadoras «para hacer psicofonías». «Estaba tapiada pero había ventanas por las que se podía entrar al interior de la casa con un poquito de maña. La cosa es que dentro, comenzamos a hacer una sesión de psicofonías como lo explicaban en la tele, además Javi, otro de los amigos que venía con nosotros aquella noche, llevaba una ouija plegable de una revista y nos dijo de hacerla allí.
Así comenzó una sesión. Pusimos los dedos, los cuatro, en la tablilla y se comenzó a mover nada más preguntar. Yo despegué el dedo y dije: «Esto es coña, ¿no?», pero las caras indicaban lo contrario. La cosa es que aquel tablero comenzó a decirnos que era el dueño que estaba aún allí y que podía vernos. Todos pensamos lo mismo: que alguno de nosotros estaba asustando a los demás moviéndolo a posta. La cosa es que mientras hacíamos la sesión Javi pidió una prueba que estaba allí con nosotros y entonces fue cuando llegó el miedo de verdad» decía recordando aquellos momentos.
Extrañas presencias
«Comenzó a sonar como si alguien pisara en otra habitación, yo grité: «¿Quién hay ahí?» pero nadie contestó. Manolo, otro amigo, dijo que sería un gato o una rata, pero entonces Javi dijo «Si eres tu da dos golpes en la pared» y sonaron entonces dos golpes clarísimos. Yo le dije que eso había sido dentro y él me dijo que sí. Sentimos de nuevo esos pasos y volví a decir: «¿Quién va?» y sonó una voz supe profunda que dijo: «Iros ya de aquí», nos asustamos mucho y fui a ver que no fuera alguien que había allí pero no había nadie» decía Miguel.
«Me senté de nuevo en el suelo y fue cuando Javi dijo: «¿Te podemos ver?» y la tabla dijo que «Si», entonces los pasos se acercaron y vimos una silueta salir de entre la oscuridad. Mira, aquello era imposible y salimos de allí lo más rápido que pudimos, por la ventana que entramos y muy bien no sé como por que nos apelotonamos todos para salir» recordaba.
«Jamás he contado esta historia, nos dijimos que nadie podía saber nada de aquello y guardamos silencio. Ahora que han pasado siete años de aquello me pregunto, como muchos días, que fue aquello y es por lo que te lo he contado. El edificio no tenía ninguna historia rara, se decía que se escuchaban cosas raras dentro pero no iba más allá de los rumores, después de esa experiencia te puedo decir que, de verdad, allí nos pasó algo que es inexplicable».
¿Qué les pasó a estos cuatro amigos en la Finca de la Rosaleda? Producto de su imaginación no fue y si un hecho que los marcaría pudiéndose encuadrar dentro de lo paranormal.
*Imagen ilustrativa en segundo plano de «Tertulia esotérica».