Fue una de las imĆ”genes mĆ”s escalofriantes que se han visto en torno a un santo padre, a un Papa, en el Vaticano: una arma que sobresale entre los fieles, el automóvil papal que transita lentamente āy descubierto- entre el gentĆo, un disparo que resuena, el Papa Juan Pablo II cae y sobre su atuendo papal blanca destaca una macha roja. El Papa ha sido alcanzado por los disparos de un extremista y se debatĆa entre la vida y la muerte.
Inmediatamente despuĆ©s del atentado comenzaron los debates acalorados sobre quiĆ©n habrĆa podido perpetrar aquel atentado y los motivos que se ocultarĆan tras el mismo, las huellas de la conspiración que jamĆ”s fueron encontradas pero que subyacĆa una pregunta: Āæera artĆfice de un loco extremista o habĆa una conspiración tras todo ello?
Sucedió el 13 de Mayo de 1981, la brutal imagen queda guardada en mucha hemerotecas e hizo cambiar, radicalmente, la seguridad en torno al santo padre. Sin embargo jamÔs quedó lo suficientemente aclarada y no acabó de convencer a la opinión pública que hablaba abiertamente de una conspiración en torno al atentado sobre Juan Pablo II.
El Papa se encontraba de pie en el papamóvil, un vehĆculo descubierto, con un blanco tan claro el extremista turco Mehmet Ali Agca lo tuvo relativamente fĆ”cil. Fue Ć©l mismo el que afirmó que habĆa planificado y realizado en solitario el atentado, pero una vez en prisión insinuó que habĆa sido un complot hĆ”bilmente urdido.
Se comenzó a buscar un causante, los responsables que se esconderĆan tras el atentado, y rĆ”pidamente surgieron diferentes vĆas conspiranoicas:
1Āŗ.- Servicios secretos de Rusia:
El servicio de espionaje, el temido KGB, tenĆa órdenes de vigilar a Karol Wojtyla ya desde su Ć©poca de cardenal. El hecho de que un polaco subiera al torno de Pedro hacĆa que los recelos aumentaran pues sabĆan que el Juan Pablo II no era un simpatizante de la causa roja, todo lo contrario y el hecho que procediera del Este hacĆa que se granjeara las simpatĆas de muchas personas en Polonia e incluso Rusia, eso era peligroso a juicio de los jerarcas de la Unión SoviĆ©tica quienes no se iban a seƱalar directamente pero si a travĆ©s de organizaciones radicales comoĀ Ā«los lobos grisesĀ», extrema derecha turca, desde los aƱos 30 su objetivo es la dictadura extremista y racista en Turquia,cuyo lema era: Ā«La raza turca esta sobre todas las razasĀ».
TenĆa ramificaciones en Alemania, produciendose en 1970 una muy estrecha relacion entre los fascistas turcos y los fascistas alemanes del NPD, pertenecen a la raiz deĀ la MHP (partido del movimiento nacionalista) dirigido por Alpaslan Türkes.
2Āŗ.- Servicios secretos bĆŗlgaros:
Es lo que se denomina como la āpista bulgaraā una unión o complot del KGB ruso, el servicio secreto de la Alemania del Este y el servicio secreto bĆŗlgaro habrĆan urdido la trama para asesinar a Juan Pablo II que miraba a Rusia desafiante y amenazaba el modelo soviĆ©tico.
HabĆa un rechazo reciproco entre el bloque del Este y la Iglesia; asĆ la trama bĆŗlgara se verĆa reforzada por su unión con facciones de la extrema derecha y los sovieticos. Por su parte la Unión sovietica querĆa cortar las Ā«raĆces cristianasĀ» de una parte de la población de Polonia.
3Āŗ.- El Vaticano, donde se decĆa que de allĆ se organizó el atentado.
Muy peligrosa esta opción pues estarĆa vigente aĆŗn, una confabulación entre la mafia italiana, la logia P-2, banqueros y bajos fondos como tapadera para eliminar a los que resultaban molestos. Ya -las sospechas- es que habĆan eliminado a Juan Pablo I cuando mandó a investigar las finanzas y relaciones vaticanas. Hizo una serie de sustituciones subiendo a Benelli, a la SecretarĆa de Estado, siendo Ć©l quiĆ©n le explicó que sabĆa se trataba de una mĆ”s de las operaciones financieras urdidas por los banqueros y Marcinkus para evadir impuestos y especular ilegalmente. Fue Benelli quiĆ©n dijo a Juan Pablo I Ā«esto se hace en nombre del dinero, no de DiosĀ».
Juan Pablo I encarga al cardenal Villot la inspección financiera del IOR.Ā Roberto Calvi, implicado en la trama,se desprende de todas sus acciones, cuando se entera de que el Papa ha decidido reemplazar al cardenal Marcinkus e intentar devolver a la Iglesia a una situación de pobreza evangĆ©lica. Todo ello va provocando que se mire a Juan Pablo I como una amenaza a la que habĆa que eliminar.
El 12 de septiembre el Papa tiene en su poder una lista con los nombres de 121 funcionarios del Vaticano que presuntamente pertenecen a la masonerĆa, entre los que figurarĆan Villot, Casaroli y Marcinkus, apenas dos semanas despuĆ©s Juan Pablo I muere sospechosa y convenientemente.
¿Y que tiene que ver toda esta trama con Juan Pablo II? Pues que su idea inicial, luego abandonada, era seguir la «obra» de Juan Pablo I.
4Āŗ.- Opus Dei.
QuizĆ”s es la menos consistente pues se querĆa el poder en el Vaticano pero los candidatos a sustitutos de Juan Pablo II no garantizaban esa supremacĆa que el tiempo si le darĆa con Juan Pablo II, quiĆ©n permitió la excesiva introducción de estas facciones dudosas dentro de la Curia, ello o los Legionarios de Cristo con su mĆ”s que polĆ©micas decisiones y acciones.
Tras las investigaciones realizadas no se encontró pruebas de la autorĆa de tal conspiración y tan sólo se tenĆa en prisión al extremista turco.La perfección y las pocas huellas dejadas de todo rastro conspiranoico llevaron a creer que, efectivamente, se tramó en esferas mĆ”s altas que solo por un pistolero solitario.
Con relación a todo ello se llevó a dependencias policiales a un delegado de Roma, pero no se hallaron pruebas contra Ć©l y fue puesto en libertad. AsĆ pues, la policĆa, archivó el caso como obra de un solo individuo: Ali Agca.
Juan Pablo II visitó al extremista en la prisión donde estaba recluido, lo perdonó y hablaron.
JamÔs se ha sabido quién estuvo tras aquel atentado, sólo Ali Agca, Juan Pablo II y sus autores lo saben.