La figura de Cristóbal Colón están de moda, nuevos estudios y libros ponen de manifiesto el importante papel que tuvo en la Historia y que, por desconocido, tuvo un azaroso paso por Cádiz.
De su pericia en el mar no se puede discutir así como de su ambición, estuvo a las órdenes de Francia, Portugal y España siendo bajo la corona española cuando alcanzó fama, posición y fortuna.
La presencia de Cristóbal Colón en Cádiz
Contemplaba al puerto de Cádiz con admiración pues sabía que de este habían partido importantes expediciones y, de no haber salido de Palos de la Frontera, en Huelva, lo habría hecho de puerto gaditano sin ningún género de dudas. No obstante del puerto de Cádiz partiría al Nuevo Mundo en dos expediciones posteriores, en 1493 y en 1502, su segundo y cuarto viaje siendo el tercero, en 1498, desde otro puerto gaditano de gran Historia: Sanlúcar de Barrameda.
El segundo viaje de Colón fue realmente importante pues lo hizo con 17 barcos, de ellos 5 eran naos y 12 carabelas, de ellas la más emblemática era «La Niña» que ya estuvo presente en el Descubrimiento. La tripulación superaba el millar de personas -de toda la flota- teniendo a Juan de la Cosa, el cartógrafo entre los tripulantes. Era un viaje en el que había depositadas muchas esperanzas e ilusiones así como tenía un fin evangelizador donde España era la «salvaguarda» de la fe, como decían entonces.
Aquel tercer viaje era importante para la corona, los preparativos habían sido grandes y en la nueva empresa al Nuevo Mundo se haría una parada en Canarias a fin de cargar víveres para la travesía. En aquel viaje se descubriría Jamaica, Cuba, Puerto Rico y se fundó «la Isabela», en honor a la reina Isabel «la Católica» y que era una colonia en La Española.
No obstante el poder que acumulaba Colón era alto, virrey, Almirante, con un importante reparto en los bienes que se trajeran de aquellas desconocidas tierras y pronto comenzaron los recelos. Aquella segunda expedición le valió la gloria que antes, en otros reinos, se le había negado.
En el tercer viaje de Colón comenzaron sus penalidades pues era señalado como un mal gobernante en «las Indias», igualmente se encontraba el rumor de haber sido sorprendido por la Inquisición junto a sus hermanos en una ceremonia típica de los judíos y todo ello le comenzó a hacer impopular. En una de sus cartas enviada a Diego, su hijo, encabezaba como «Beesrat Hashem» o lo que es lo mismo traducido del hebreo: «con la ayuda de Dios», algo que era usual en los judíos y que lo señalaba como un simpatizante en una época en la que los Reyes Católicos habían dispuesto de la expulsión de los mismos de tierras castellanas.
El juez en Cádiz que lo acusó y encarceló
Colón llegó a Cádiz de aquel viaje el 11 de junio del año 1496 y fue preso en la ciudad el 25 de noviembre de 1500 tras el regreso del tercer viaje, fueron detenidos y llegaron a puerto en el barco «La Gorda» pues orden del juez Francisco Fernández de Bobadilla bajo la acusación de corrupción, de mala administración y crímenes. La fama del juez le precedía allá donde no era, precisamente, un virtuoso.
Pero Colón se había ganado enemigos entre los nobles de Castilla y todo ello fue apoyado en su contra. En la carta dirigida a la reina se informaba que el Almirante llegaba cargado de cadenas y grilletes recibiendo los insultos y burlas del pueblo. A su llegada a puerto fue conducido al Ayuntamiento donde permaneció. Tuvo suerte y se libró de toda culpa gracias a un indulto real aunque perdió el Virreinato siendo su cuarto viaje en calidad de almirante y comandando cuatro carabelas «La Capitana», «Santiago de Palos», la «Gallega» y la «Vizcaína» con personas de su confianza como su propio hijo Diego y Bartolomé, su hermano. Era el 9 de mayo de 1502.
No iba a vivir demasiado el bueno de Colón pues fallecería de un ataque al corazón, en Valladolid, el 20 de mayo de 1506, a su muerte llegaría la disputa de la familia con la corona española así como comenzaría la leyenda del origen de Colón, si era judío, si era gallego, catalán, mallorquín, hijo del príncipe de Viana y Margarita Colón, si era portugués, misterios que han rodeado a su figura hasta nuestros días y hasta que envuelve a su último lugar de descanso aunque, ya demostrado científicamente, este esté en Sevilla.
Es la vinculación de Colón con Cádiz, tierra y puerto que admiró y del que tuvo la agridulce sensación de ser elevado a la gloria y descender a los infiernos con acusaciones que son propias de la España del siglo XXI pero que en el XV ya existían.