Es uno de los símbolos más conocidos de la provincia de Almería, de origen incierto y de atribuidas características mágicas el índalo se encuentra en la cueva de los Letreros, situada en la falda del Maimón, en la localidad de Vélez-Blanco y es una buena muestra de la pintura rupestre del Neolítico tardío o Edad del Cobre.
Es una imagen curiosa, sujeta a interpretaciones, pues es un apenas esbozado ser con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos, se cree que podría ser una divinidad o que trata de lanzarnos un indescifrado mensaje.
Fue descubierto en el año 1868 en la citada Cueva de los Letreros por el almeriense Manuel de Góngora y Martínez y el lugar que lo alberga fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1924 y Patrimonio de la Humanidad en los años posteriores.
Es considerado como un símbolo de prosperidad y buena suerte, evoca la felicidad y se considera un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, con especial mención en la zona de Mojácar, allí era representado pintándolo con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo recibiendo el nombre de “muñequillo mojaquero”.
Igualmente fue tomado son un símbolo intelectual en el siglo XX y dio origen al movimiento indaliano el cual trataba de inculcar que Índalo era un hombre ancestral portando un arco iris símbolo de un pacto entre el hombre y los dioses para evitar futuros diluvios. Representaría a un arquero apuntando a un ave.
Índalo podría significar en la lengua de los íberos ‘mensajero de los dioses’ (indal eccius); pero se le reconoce más por ser el patrón San Indalecio.
Fue el símbolo y bandera del movimiento intelectual y pictórico que, como se ha indicado, surgió y que encabezó Jesús de Perceval, discípulo -con tendencia anárquica- de la visión mediterránea del filósofo Eugenio d’Ors. De esta forma él reivindicaba la postura vital, la cosmovisión de todo lo que tuviera relación con Almería y la esencialidad de las culturas anteriores desde la antigüedad. Era una especia de renacer constante del clasicismo siendo este un movimiento eterno que se renueva de forma cíclica.
Me ha interesado siempre este tema y lo contemplo como una analogía con Atlas sosteniendo el cielo, pero es una visión muy personal de este símbolo mágico. Otro ejemplo de su presencia en otras culturas es el dibujo situado en el Templo de Ramsés II en Abydos.
El movimiento de los indalianos entendía que el Índalo era un hombre ancestral sosteniendo un arcoíris y simbolizaba el pacto entre el hombre y los dioses para que les favoreciera y nunca los castigara como hubo ejemplos tipo Sodoma y Gomorra o el Diluvio Universal.
Diferentes conceptos del Índalo
No obstante la figura representaría, según los expertos, a un arquero apuntando hacia el ave que vuela sobre él. Aunque hay muchas dudas sobre ello y mucho más si se analiza la plasticidad del mismo.
La denominación le llega de la Tertulia Indaliana que selecciona un símbolo para su movimiento al que se bautiza con el diminutivo «Indalo» ya que se parecía a un caballero llamado Indalecio. ¿Verdadero o falso? Toda leyenda tiene el germen de la verdad.
Así prevaleció esa denominación y se pasó a quedar así, curiosamente San Indalecio es el santo patrón de la ciudad de Almería.
La provincia más oriental de Andalucía adoptó al Índalo como su particular símbolo y de toda la extensa provincia o lo almeriense, hoy es muy vendido dentro de turismo de toda la región.
Quizás nunca sepamos el origen y significado del mismo pero, desde luego, no deja de generar información y teorías para saber un poco más como surge o que nos quisieron decir, con esta representación, los antiguos pobladores de esta zona del Mediterráneo.