CÁDIZDIRECTO.- Hay un pequeño pez en las aguas del río Amazonas que es temido por todos, lo llaman ‘candirú’ y se tiene conocimiento de él desde que a principios del siglo XIX llamó la atención de los científicos.
El candirú es temido ya que, dice el saber popular, que tiene la ¡costumbre’ de introducirse en el pene humano, una vez allí se agarra con unas púas a las paredes de éste y comienza a alimentarse e, incluso, a poner huevos en el interior de su huésped. Pero esto es lo que nos dice la imaginación más desbordada e incluso series de televisión que se han dejado llevar por la leyenda urbana del candirú pero… ¿Qué hay de real en todo ello?
Eugene Willis Gudger, en un ensayo publica en 1930 en el American Journal of Surgery escribía: «En todo el Amazonas, durante más de cien años, se ha contado la historia de un pez que tiene el asombroso hábito de penetrar la uretra de los bañistas, particularmente si se orinan cuando están en el agua». Teniéndose su obra como una guía de los peligros del candirú y donde se reflejan casos de ataques de éste pez desde 1829, si bien es cierto que muchos de ellos no son más que rumores y leyendas.
Se identifica al candirú como un pez vampiro, siendo el Amazonas el hogar de diferentes especies de bagre, confundidas con el candirú, la Vandellia Cirrhosa de cinco centímetros de largo que también tiene hábitos vampíricos y otros parásitos similares. En el Amazonas también tiene su hábitat la piraña, tan pequeña como voraz, pero éste pez -al candirú- es al que se le atribuye introducirse por orificio del ano, pene o vagina, incluso -dicen- puede romper la piel para meterse en el interior del cuerpo. «Es la única forma de evitar que llegue a la vejiga, donde causa inflamación y finalmente la muerte, es amputando el pene», escribió George Albert Boulenger, curador de Peces en el Museo Británico a principio del siglo XX, y añade: «En Tres Unidos, el doctor Bach examinó a un hombre y tres chicos cuyos penes fueron amputados (sic) como resultado del horrible incidente».
La realidad es que ninguno fue testigo de un ataque del candirú y en los ensayos que se han hecho en laboratorio el pez no ha mostrado interés por la química -el amoniaco- de esa zona del ser humano; así pues es posible que se hayan confundido con otro pez pero no el candirú; sin embargo el pez dorado sí mostró preferencias por el sujeto y su química.
Realmente, en los historiales médicos, sólo se ha registrado un ataque de un candirú a un ser humano, fue en 1997 en Manaos (Brasil), donde extrajeron un candirú de la uretra de un paciente siendo el urólogo Anoar Samad el encargado de ello.