Hay lugares que son emblemáticos y están cargados de significados, en Cádiz uno de ellos, sin dudas, es el Gran Teatro Falla.
Primer caso público en 2018
Hace ya cuatro años que desde CádizDirecto informábamos de sucesos extraños en el interior del mismo, impresiones y sensaciones que han tenido diferentes testigos que se atrevieron a contar en su día, como fue el caso de Carmen, una testigo que en 2018 nos narraba: “estaba en el teatro junto a mi hijo, yo siempre he sido muy sensible para estas cosas. Me noté extraña, como si hubiera algo alrededor mía, me sentía acompañada, extrañamente acompañada y un frío “pasó” junto a mí. Iba con mi hijo -reitera- y habíamos llegado los primeros al teatro para ver un espectáculo de ‘Tricicle’ “. Carmen, sabedora de sus capacidades, y dado que su marido es muy escéptico -en más de una ocasión le ha dicho: “seguro que son imaginaciones, aquí no hay nadie”- decidió ir un poco más allá.
Experiencia en 2022
Ahora surge un nuevo testimonio sobre un encuentro extraño en el interior del Teatro. En el transcurso de una ruta misteriosa por la ciudad una chica se me acercó al final del recorrido y me dijo: «Te voy a contar una cosa que me pasó en el Falla. Fue muy raro y hasta la persona que nos estaba mostrando al grupo el teatro parece que le puso nervioso. Mira, fuimos un día porque a mí me encantan los carnavales y el Falla es el Falla. Estando allí, desde el patio de butacas, noté como si alguien me observara, bueno, observara al grupo en sí, claro. Entonces miré y tras una de las cortinas había un señor, parecía que tenía unos sesenta o setenta años, con barba, y que parecía interesarse por lo que hacíamos. Yo me alejé un poco del grupo, me quedé un poco atrás y el guía se dio cuenta de mi actitud, entonces me dijo que me acercara y yo le dije que allí atrás había un hombre mayor, que a ver si tenía algún problema o algo por qué me extrañaba que se escondiera tras las cortinas» decía Ana, nuestra testigo.
«Entonces vino lo más sorprendente y que fue que el guía me dijo: «No se preocupe y no le dé más importancia, en el teatro pasan algunas cosas que son inexplicables y ese señor es una de ellas, ahí no hay nadie, sólo está el grupo y lo que trabajamos ahí. Me dejó helada», concluía nuestra testigo.
En si día el investigador Eugenio Belgrano nos facilitó una imagen que una persona realizó con un teléfono móvil y en la que salía una especie de bulto, la persona que captó esa imagen decía: «Estaba en uno de los pasillos cuando sentí un ruido detrás mía, fue entonces cuando miré y vi un «bulto», no era una persona y tampoco una sombra, era como «algo» allí indefinido, como si tuviera volumen pero no un cuerpo… Me asusté mucho».
Se podrá argumentar a favor o en contra de lo que narran los testigos, se podrá ser más o menos crédulo, crítico, escéptico con respecto a todo ello pero de lo que no cabe ninguna duda es del testimonio de las personas y de la realidad que han vivido, para ellos es real. Dicen que nadie se pone en el lugar del otro hasta que vive una situación así y otros piensan aquello de «mejor creerlo que no verlo». Es la prueba que algunos necesitan aunque no se les crea.
Ahora esos mismos fenómenos inexplicables se vuelven a poner de manifiesto merced a la experiencia tenida por la testigo que más allá del carnaval y de sus ironías demuestran esa otra realidad.