No son pocas las personas que han afirmado haber vivido una experiencia extraña en la carretera, experiencias que tienen que ver con fantasmas, con apariciones, con seres del «otro lado» que parecen querernos advertir de alguna circunstancia extraña o, simplemente, delatar su presencia.
Es la vivencia que tuvo Rafael Marcos cuando se dirigía de Sevilla a Sanlúcar de Barrameda. Él nos lo relata así: «Tenía muchas ganas de que nos dejaran libres del confinamiento y tirar unos días para la playa, mis padres tienen una casa allí y pensé en dejar a la familia y yo ir y venir por las noches al acabar de trabajar, tampoco está tan lejos y es menos de una hora llegas bien. Así que mi mujer y las niñas se quedaron en la playa y yo iba y venía» relataba.
Un hombre de camisa blanca
De esta forma comienza para cambiar el tono de voz del relato: «El martes pasado acabé un poco más tarde de trabajar y, como en estos días, pues me cogí el coche y tiré para la playa, pensé en quedarme en Sevilla pero no, me dije «aunque fuera unas horas» y fui para allá. Al pasar la gasolinera que está llegando ya a la entrada de Sanlúcar, que está en la carretera a la izquierda y si sigues adelante vas para Jerez o Chipiona, pues esa, me vi a algo que atravesaba la carretera, a medida que me iba acercando aquella forma se fue ya transformando en una persona… Yo pensé que era mi vista, el cansancio y, de repente, se quedó en medio de la carretera obligándome a parar allí, entonces vi como era un hombre, con unos vaqueros y una camisa blanca…»
Nervioso Rafael «saqué la cabeza por la ventanilla y le dije «¡Quitaté de ahí hombre que te vas a matar!», pensé que era un suicida… Y sólo me dijo: «Ve más despacito que hay peligro», se me quedará grabada la frase para siempre y, de repente, desapareció, se esfumó… Mira…, me descompuse… Al llegar a la segunda curva ya del desvío había un coche parado y sino llego a ir lento me lo como» decía.
Sea como fuere parece que aquel individuo quiso alertarle del peligro, puede que sólo sea una leyenda urbana para muchos pero…¿Y para quienes lo viven en primera persona? Es el misterio de aquello que lleva el cartel de «inexplicable».