Los OOPARTs son esas rarezas en forma de piezas arqueológicas con difícil explicación, en unas ocasiones se presentan como «objetos fuera de tiempo» desenterrados y con una datación imposible y, en otras, los podemos encontrar en las fachadas de los edificios.
De uno de esos, entre otros OOPARTs, quiero hablarles pues, seguramente, ha oído hablar que en la Catedral de Salamanca hay un astronauta esculpido en la piedra. Rápidamente le pregunta es lógica: ¿Qué hace ahí un astronauta si la catedral es muy anterior a la llegada del hombre a la Luna? Se lo explicaré.
El astronauta de la Catedral Nueva de Salamanca
Lo encontramos en la Puerta de Ramos de la Catedral Nueva de Salamanca y se le puede ver con su típico atuendo, el traje espacial, escafandra, respirador y mochila, incluso las botas con la huella rayada que popularizara Neil Armstrong en su llegada a nuestro setélite. Parece estar flotando mientras se agarra al «cordón» y a una hoja de la decoración pétrea, parece observar al visitante al que se le acumulan las preguntas sobre su presencia en la Catedral pero todo tiene una explicación.
Desde que se descubrió no ha dejado de llamar la atención e, incluso, ufólogos un tanto despistado sacaron las archisabidas teorías de los «alienígenas ancestrales» para explicar el contacto extraterrestres y el legado en piedra dejado en la Catedral. Pero no, no tiene nada que ver con todo ello y es sólo un elemento de decoración que encontramos en la puerta y que fue dejado allí por el restaurador del edificio apoyándose en el derecho a añadir elementos sobre los ya existentes siempre que sea como «firma» del trabajo de restauración en el mismo.
Así en el año 1992 se produjo la restauración de la Puerta de Ramos pues estaba en muy mal estado, el tiempo y las inclemencias del tiempo habían hecho mella en la misma y se tenía que reacondicionar para la celebración de la Exposición de las Edades del Hombre en Salamanca en 1993, por ello Miguel Romero, maestro cantero, es el elegido para esta labor y la persona que pone la talla del astronauta a modo de firma junto a otras como la de un dragón o demonio que se come un helado y mira sonriente a todo el que pasa.
Se cree que el maestro cantero eligió al astronauta como signo del siglo XX y los avances del Hombre.
Opiones hay para todos los gustos y, según otros investigadores, se cita a Jerónimo García de Quiñones en «Ancient Code: Descifrando la Historia Juntos» que dice que la figura es original de tiempos de la construcción de la Catedral –permítanme que no comparta esa afirmación de este autor– y que sólo se la restauró. Difícil de creer cuando se tienen los datos del autor y año de su «puesta» en la puerta.
Sea como fuere se le considera un «OOPART» (léase bien el entrecomillado) español que siempre llama la atención a los visitantes de la bella ciudad del Tormes.
Jeroglíficos egipcios y Jesucristo en Álava
En el bello entorno de Iruña-Veleia apareció, en 2005, un vestigio arqueológico que generó gran polémica y que debe llevarnos a tiempos de los romanos en el País Vasco.
Así se trataba de una pieza de cerámica datada entre el siglo III y el V de nuestra Era que estaba grabada con una grafía que recordaba a los jeroglíficos egipcios, esto resultó «chocante» pues se encontraba a miles de kilómetros del país de las arenas eternas y habría venido a la Hispania romana. Puede que la vía hubiera sido el comercio, tampoco es extraño, pero pronto comenzó a haber más cerámicas de este tipo.
Fue curioso que encontraron trozos con palabras en euskera que tenían un fin de demostrar que el idioma era tan antiguo como el Imperio Romano y eso, claro está, destapó no sólo las sospechas sino la certeza que era un fraude.
Así todo fue un poco más burdo cuando aparecieron trozos de vasijas con cruces cristianas, ángeles o el Gólgota con tres cruces y la palabra «RIP», aquello resultó muy descarado y se detuvieron las investigaciones arqueológicas con la sospechas que las empresas involucradas en el mismo tenía algo que ver.
Todo lo que pudiera haber aportado este yacimiento romano quedó invalidado por estos «OOPARTs» que, como vemos, tenían mucho de contemporáneo y poco de antiguo.
