/Ocasionalmente la prensa suele rescatar temas de archivo de sucesos o investigaciones que ya tienen su tiempo y que no son actuales pese a que la información lo parezca. El último caso de todo ello lo tenemos en torno a una reliquia controvertida y polémica, sobre todo entre aquellos que abogan por su autenticidad y lo que opinan que es todo lo contrario. Es el misterio, en todos los sentidos, de la Sábana Santa.
La noticia ha saltado a diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales en la cual se afirma que dos expertos en medicina forense italianos, Matteo Borrini, de la Liverpool John Moores University, y Luigi Garlaschelli, del Comité para el Control de las Afirmaciones sobre las Pseudociencias (CICAP) y destacado escéptico, han llegado a la conclusión que al menos el 50% de las manchas de sangre de la Síndone, de la Sábana Santa, son falsas.
Así lo indican en un estudio que ya fue publicado en el Journal of Forensic Sciences y el diario italiano La Stampa recoge parcialmente:»Hay muchas contradicciones que indican que el Santo Sudario no es auténtico, y de que se trata de una representación artística o didáctica de la pasión de Cristo realizada hacia el siglo XIV», decían ambos expertos sobre la presunta tela que habría servido, según los creyentes, para envolver el cuerpo de Cristo.
Grave: No analizaron el tejido original
Según Borrini y Garlaschelli: «Simulamos la crucifixión con cruces de distintas formas, de diversos tipos de madera y con diferentes posiciones del cuerpo: brazos horizontales, verticales, sobre la cabeza», ambos creen que la sangre acumulada bajo la cintura no son concordantes con la posición y que la sustancia que aparece «son como creadas en forma artificial, con un dedo o un pincel» el problema de su estudio es que carece de algo vital dentro del campo científico -que resulta chocante dada su formación- y que es analizar el tejido original y analizar la sustancia que formó las manchas, algo que no hicieron y resulta grave.
En contraposición a esta conclusión de los científicos italianos encontramos la opinión de Emanuela Marinelli, experta que ha dedicado cuatro décadas el estudio de la Síndone y que critica, abiertamente, el poco rigor científico de los anteriores y sus conclusiones pues se usó anticoagulantes para las pruebas alterando el resultado o no tener en cuenta el estado de la piel tras que la persona recibiera un tormento de esas características o, nuevamente, no trabajar con el tejido original.
Desaciertos del estudio
Emanuela Marinelli decía: “Para hacer un experimento creíble desde el punto de vista científico no se puede usar sangre líquida que fluye como el agua. Este es el primer error. Después, han hecho otro procedimiento poco creíble con la herida de la muñeca en el que, obviamente no crucificaron a una persona para demostrarlo, pero para el que usaron un poco de sangre en una muñeca y presionaron encima con un trozo de madera durante diez segundos”.
No se puede hacer un experimento usando un modelo o maniquí, son muchas las características a tener en cuenta y la principal es la exclusividad del cuerpo: “No es una cosa seria. No es en absoluto comparable a las investigaciones científicas hechas por quienes han estudiado la Síndone de verdad. Estos dos señores, los autores de este estudio, no han visto la Síndone de cerca nunca y seguramente de lejos tampoco. Además, quienes niegan que la Síndone sea real tienden a banalizar el tema”.
La Síndone
La Sábana Santa, a día de hoy, sigue siendo un misterio, se venera en la ciudad de Turín, al norte de Italia, y presenta la imagen frontal y dorsal de un hombre que ha sido cruelmente torturado al modo que narran los Evangelios sobre la Pasión de Jesús de Nazaret, además tiene propiedad impropias como ser un negativo fotográfico parcial entre otras.
La prueba del C14 (Carbono 14), en 1988, arrojó datos sobre las muestras tomadas que decían que se trataba de un lienzo de entre 1260 y 1390, pero hay muchas dudas sobre la correcta datación y la contaminación de los hilos tomados de ella.
Mucho de habrá de investigar aún sobre el lienzo para afirmar o negar categóricamente nada y, más aún, hasta que no permitan trabajar directamente sobre la tela, todo lo demás es papel mojado o hipótesis más a favor o en contra de la misma.