Cádiz es una ciudad con tanta Historia como culturas han pasado por sus calles, una de esas historias tan singulares nos lleva a conocer la vinculación de un determinado lugar con los pacientes que perdían la cordura, con las personas que perdían la razón y que eran internadas -o llevadas-a un improvisado psiquiátrico.
La Historia de la Psiquiatría siempre ha estado presente en la vida de todas las ciudades y Cádiz no es una excepción, así nos encontramos puntos como el psiquiátrico de Capuchinos en Campo Sur o el manicomio del Puerto de Santa María o «Los Pinitos», puntos donde muchas personas trataban de ser «curadas» de su locura y que en muchos casos era un esfuerzo tan inútil como estéril.
Quiero hacer una parada en el siglo XVII cuando la ciudad, debido al trasiego marítimo que ocasionaba el Nuevo Mundo y las nuevas rutas comerciales, recibía a muchos barcos y marineros de diferentes puntos del mundo, entre ellos muchos que habían perdido la cordura en alta mar así como habitantes de la ciudad que, por edad, por el alcohol o por circunstancias de la vida así como enfermedades perdían la razón.
Un lugar tan perdido como desconocido
Este tipo de personas no podían moverse libremente por Cádiz por los problemas que ocasionaban y porque, de alguna forma, podían poner en peligro su propia vida. Así que eran internadas en lugares de donde, posiblemente, no verían más su libertad.
Uno de esos lugares era la ermita de Santa Elena, ubicada en las cercanías de las puertas del Muro y que hoy está en el baluarte de Santa Elena, en aquella zona. Así esa ermita era el lugar al que se llevaba a «los locos» o los sacerdotes que había perdido la cordura o los que estaban en un estado senil.
No era un lugar tomado al azar, la «tradición» marcaba que fueran llevados hasta allí así como cercano, en el año 1564, estaba el asilo de los Venerables Ancianos, donde pasaban la última etapa de su vida aquellos religiosos de mayor edad. Si perdían la cabeza de llevaban a la ermita de Santa Elena donde había un «dispensario» con capacidad para una docena de personas y que era gestionado por los hermanos de San Juan de Dios, este punto dataría del siglo XIII, de tiempos de Alfonso X «el Sabio», de 1262, y anteriormente estuvo controlado por la Hermandad de la Misericordia. Aunque los datos no son más que una especulación cimentada sobre la Historia del sitio.
Sea como fuere es donde se admitieron a muchos de aquellos pacientes que, posteriormente el obispo Lorenzo De Armengual, en 1710, amplió para tener más capacidad de pacientes mentales. Se compró una casa y terrenos cercanos e, incluso, había un pozo con agua fresca que se daba a beber a los soldados.
Francisco Rendón, escribano, en 1661, narraba: «se tenía la obligación de enterrar a los capitanes y soldados del presidio que murieran en Cádiz».
Posteriormente se volvió a ampliar para alojar a enfermos incurables aunque en 1751 sería destruida la ermita estando en el punto del conjunto defensivo de la ciudad. Los pacientes serían llevado al Hospicio de la Misericordia no quedando vestigio de la ermita salvo por las informaciones vagas que se tienen de esta época.
Su relación con el misterio
El viejo manicomio, o «reclusorio» -como se le llegó a llamar- desapareció pero no falta personas que en dicho lugar, en la zona del baluarte, han dicho haber sentido voces extrañas que identifican con psicofonías o la visión de sombras allá donde, en apariencia, no hay nadie.
Miguel Ángel me decía: «Estando en la zona del baluarte, sólo con una amiga, nos comenzaron a sisear, como a llamar nuestra atención. No vimos a nadie, yo pensé que era algún gracioso escondido pero no se veía a nadie. Luego me di una vuelta y nadie. Mi novia me dijo que había visto a una sombre irse por una zona sin salida pero que al llegar no había nadie» comentaba contando el miedo que pasó en ese momento, más miedo de los vivos que de los muertos.
Quizás todo sea producto de la casualidad, para otros es una zona que tiene una vinculación con el misterio y con los fenómenos paranormales y que, por Historia, podría ser factible que así fuera.