En ocasiones puede ocurrir que una persona tenga sueños que se puedan hacer realidad o que sean premonitorios, es el caso ocurrido a una persona que quiso contarnos su experiencia en primera persona y que resultó sumamente impactante y traumática.
Carmen Santos es vecina de Cádiz, de la capital, no es persona dada a creer en fenómenos extraños o «cosas del más allá» como ella me dice, pero si atesora una experiencia que es sumamente significativa y que también hizo que cambiara su visión acerca de los fenómenos paranormales y todo lo que de inexplicable hay en nuestro mundo. Se desplazó exprofeso para verme y contarme, junto a su esposo, lo que le había sucedido.
Primer sueño premonitorio
Su experiencia comenzó de la siguiente forma: «Sería difícil de explicar todo por que pasó en pocos días. Mira, nos fuimos a dormir por la noche y me quedé dormida. Fue cuando soñé que me levantaba y al bajar por el ascensor se quedaba parado, no fue por un apagón de luz sino porque se averió. Bueno, me tuvieron que sacar de allí y recuerdo al portero abriendo con una llave especial. Cuando me sacó yo estaba nerviosa porque recuerdo que me puse en mil situaciones, una que aquello se caía y se estrellaba contra el suelo. La cosa es que desperté muy sobresaltada y me incorporé en la cama, Juan me dijo: «¿Qué te ha pasado?» y le dije que había tenido una pesadilla y le expliqué que vi. Él me dijo: «pues no eches cuenta y baja por la escalera» y nos dormimos» contaba Carmen.
«Al día siguiente nos fuimos para el trabajo y cuando bajábamos los dos en el ascensor se quedó parado, entonces le dije: «¡Ay! El sueño, esto es el sueño». Él me dijo: «Al final te voy a tener que creer». Le dimos a la alarma y a los cinco minutos el portero abría, con una llave especial las puertas y podíamos salir, vamos que aquello se cumplió» aseveraba.
Segundo sueño premonitorio
Pero no fue lo único: «A la noche siguiente me acosté de nuevo y comencé a soñar, en esta ocasión me veía en la sala de un hospital por que tuve un accidente, según me dijeron había tenido un golpe en un semáforo cuando cruzaba por el paso de cebra, un coche no paró a tiempo y me dio, y me desperté» recordaba.
«¿Y te pasó eso?» y la respuesta fue explícita: «Si, a los dos días cruzaba ya para coger para el trabajo y al ir por el paso de cebra un Clío rojo se saltó el semáforo o no pudo frenar a tiempo y me golpeó, resultado de aquello pues la cadera lastimada, el golpe en el hombre y el daño en la pierda que llevo ahora una protección en la rodilla», se volvió a cumplir.
Dos sueños premonitorios que se convirtieron en realidad y que, previamente, verbalizó a su marido quedando constancia de ello.
¿Casualidad o el ser humano tiene potencialidades que desconoce y que se manifiestan en lo onírico? La respuesta la tenemos cada uno de nosotros y, tal vez, el caso de Carmen Santos sólo sea un ejemplo de ello.