Dicen que los cementerios son lugares donde, habitualmente, no pasa nada extraño o paranormal, que sólo son el último lugar de descanso de la persona, de un lugar en el que no hay ningún vínculo salvo albergar el cuerpo o los restos de la persona. Hay investigadores de lo paranormal que están de acuerdo con ello y otro, por el contrario, que opinan de forma muy diferente.
Investigar en un cementerio hechos presuntamente paranormales no es sencillo, exige de discreción, tacto y muchos permiso, pero una vez que se hace puede dar grandes sorpresas. Lo interesante de ello son los testimonios que se pueden reunir, y prueba de ello es lo que les quiero narrar.
Experiencias de los trabajadores
Para ellos nos vamos a desplazar a Río Gallegos, en Argentina, para ser partícipe de las experiencias de los empleados del camposanto local. Uno de ello decía: “En su momento cuando el cementerio cerraba a las 20:00 horas los que estábamos de turno salíamos a hacer una recorrida para avisarle a la gente que íbamos a cerrar los portones y nos ha pasado que seguíamos a una persona para informarle esto y de repente se perdía en los panteones y no lo veíamos más”, como si fuera un fantasma, un espectro más que se «esfuma» ante los atónitos ojos de los empleados.
Igualmente ha habido otras experiencias dentro del mismo, experiencias que tiene que ver con un futbolín: “Anteriormente teníamos un metegol y cuando teníamos nuestra media hora de refrigerio íbamos al galpón donde se encontraba para jugar pero de afuera se escuchaba que ya había alguien jugando y al entrar veíamos que no estaba nadie”.
Otra escalofriante historia que narraban los empleados a los reporteros de TiempoSur era algo que nos puede resultar muy familiar por casos similares en España: “A mí lo que me pasó fue que en el depósito del crematorio hay dos cajones de bebés que, según mis compañeros, los dejó una gitana y una persona de un circo que vino a Gallegos. Yo tengo la rutina de entrar saludarlos y cuando me tocó, ese día, estar manejando el horno del crematorio fui temprano y no los saludé, prendí el horno, puse el anafe y los ventanales de la sala de espera se empañaron, voy a buscar agua que había calentado, vuelvo y veo que en la ventana estaba dibujado una cuadricula del tatetí y lo primero que pensé fue que los bebés querían jugar y/o molestarme porque no los había saludado”. (El Tatetí es el juego del tres en raya).
“Salí del lugar y empecé de nuevo, los saludé y les dije que no quería jugar con ellos, que borraran eso. Voy a la parte de atrás, espero unos minutos y al volver veo que había una X como para empezar a jugar, me acerco y digo ‘yo voy a hacer un solo movimiento pero me voy a ir atrás y cuando vuelva borren esto porque no quiero jugar’, dibujé el circulo, me fui, esperé un rato y cuando vuelvo estaba dibujada la otra X y ahí dije no, no voy a jugar y borré el tatetí” prosiguió el empleado.
A otro empleado del cementerio de Río Gallegos le pasó otro hecho sorprendente: “Hay uno de los chicos que hace trabajos de arreglos en las tumbas y nos contó que un día se le acercaron dos viejitos que le mostraron la tumba que querían restaurar, le dijeron que la arregle y le dieron una dirección y un número de teléfono para que pase a cobrar. Terminó su trabajo y se acercó al lugar que le habían dicho y lo atiende una joven que le dijo que esas dos personas eran sus padres y que estaban muertos y que la tumba que había restaurado era de ellos”.
En España
En España este tipo de investigaciones son polémicas, sólo hay que recordar la sucedida en el cementerio de Lora del Río (Sevilla) cuando se autorizó una investigación en el camposanto de San Sebastián y se anunció en redes: “El grupo Dossier 41, acompañado por el loreño Juan Antonio Caballano Mayorga, ha realizado una investigación de carácter paranormal en el cementerio municipal San Sebastián de Lora del Río, que será presentado en breve en el canal de YouTube de este grupo de investigación”.
Evidentemente los investigadores no tienen la culpa, hacen su trabajo, pero se utilizó como arma política a la par que creó malestar entre la población convertir el cementerio en un plató de televisión tipo ‘reality show’” es una “falta absoluta de respeto” afirmó la oposición.
Lo interesante de todo ello es la constancia de hechos inexplicables como los narrados en Río Gallegos o los sucedidos, y narrados en este medio, CÁDIZDIRECTO, en el cementerio de San José.
Después de leer todo ello -y más ejemplos que se podrían sacar-, ¿está seguro que en los cementerios no pasa nada?