Antonio Serrano, El Mago Antonio, es una de las sensaciones del panorama televisivo y del espectáculo nacional estos días después de clasificarse para la final de Got Talent con el pase de oro. El conocido aún cómo El niño del tambor de Juan y medio ha visto como sus 10 años de trabajo profesional como mago han cristalizado en, de momento, la presencia en la final de este Talent Show. Eso sí, no olvida sus raíces y su pasión carnavalera al comentar que «en Got Talent tienes nervios, pero el Falla de Cádiz tiene esa magia que tiene».
El teléfono de Antonio lleva echando humo desde que se emitiera el programa en la noche del sábado. Mensajes, llamadas, comentarios en redes… «De lo que más contento estoy es que el 85 por ciento de estos mensajes es de gente que me conocía de antes y que me dice que me lo merezco. Gente que me contrata para actuar en su hotel, en su chiringuito, en fiestas privadas… y familia y amigos», señala. Y es que El Mago Antonio le dijo a su familia y amigos más cercanos que «no había pasado, que había quedado cuarto. La reacción al ver el pase fue una auténtica locura, fliparon».
El chiclanero se muestra especialmente orgulloso de haber alcanzado la final del programa con un número hecho «prácticamente con lo que te cabe en un bolsillo» y siguiendo la linea de magos-humoristas como sus admirados Juan Tamariz y Pepe Carroll. «Hay muchos magos en su casa, que el 99 por ciento actúan en comuniones, en cumpleaños, hoteles… y han visto que se se puede salir en un programa como Got Talent y hacer un buen papel con lo que te cabe en un bolsillo».
Docencia y Carnaval
Antonio Serrano es profesor de inglés en La Salle de Puerto Real, centro al que agradece «todas las facilidades». «Hay otros colegios en Cádiz, por ejemplo, que no llevan bien eso del famoseo, como lo llaman ellos, o que salgas en Carnaval y no te contratan por eso», añade.
Y es que el Carnaval es su gran pasión. «Soy callejero seguramente por herencia de mi padre, que salía en agrupaciones en Chiclana», afirma. Él ha pisado las tablas del Falla en varias ocasiones como integrante de comparsas y del coro de Chiclana, donde fue autor. Curiosamente para alguien al que todo el mundo recuerda y conoce como El niño del tambor, «en las comparsas salía tocando el bombo, porque a mi lo que siempre me ha gustado era tocar el bombo y lo tocaba antes que la caja».
Además, lidera la chirigota callejera conocida como La chirigota del Mago. «Yo es que para eso soy muy de Cádiz. Como suena el tango de presentación cuando sientes el Carnaval, eso es mágico. Pero no es nada comparado con la primera vez del primer pase en una esquina durante el Carnaval… Nosotros solemos estrenar en el Arco del Pópulo, y lo que estrenas va a ser la tónica del Carnaval; es algo mágico», dice alguien que de magia sabe bastante.
«Llevo haciendo magia desde los 12 o 13 años, que me colaba en los cumpleaños a hacer mi espectáculo. Y profesionalmente, cobrando y con mi caché desde los 18 o 19», comenta echando la vista atrás de la última década, ya que Serrano no llega a la treintena.
Pero su faceta de mago tuvo un prólogo en televisión en el programa Menuda Noche, de donde sacó el apodo por el que, probablemente, sea más conocido y del que no reniega: El niño del tambor de Juan y medio. Al revés, se muestra orgulloso. «Muchas veces cuando me quieren sacar el tema en una conversación o en redes, alguien dice no le digáis así que le da coraje… Para nada», asegura. Y es que para Serrano es «precioso que se sigan acordando de mí y de algo que ocurrió en la tele hace 20 años». «Hay gente que deja de salir en la tele y se olvidan de ellos al día siguiente. Van a hacer casi 20 años que dejé de salir y la gente se sigue acordando como si fuera ayer… es precioso. me encanta. Otra cosa es que te encasille», reflexiona.
Pensando en el show de la final
Para la final del popular concurso televisivo (el programa del sábado lo siguieron 1.216.000 personas de media, siendo lo más visto del día) el chiclanero ya está confeccionando su propuesta para ir a por la victoria. «Estoy tranquilo con lo que voy a llevar a la final en el sentido de que me propuse, que todo lo que haga en el programa, lo lleve haciendo un año delante del público», comenta.
Además, cree que «me la jugué en el sentido de que lo que hice en la semifinal es más simple en concepto que la idea que tengo en mente para la final». «Voy a seguir con la historia de que Flo (Florentino Fernández, uno de los jueces) es mi padre postizo y vamos a celebrar una fiesta de cumpleaños. Pero un cumpleaños castizo, como la fiesta que entendemos nosotros, nada de purpurina, globos metalizados… típica de la tierra», adelanta.