«Hemos decidido que renunciamos a utilizar la zona de la terraza para el servicio de restaurante».
El restaurante Sonámbulo de la capital gaditana, ubicado en la plaza de Candelaria, ha anunciado a través de las redes sociales que renuncia a su terraza por problemas con la nueva ubicación.
Los motivos que argumentan los propietarios del negocio hostelero de Cádiz para renunciar a su terraza son los siguientes:
-«En vez de cinco mesas que teníamos concedidas los restaurantes de Plaza Candelaria, con los nuevos pivotes implantados para delimitar la zona disponible sólo caben cuatro. Problema al que la respuesta ha sido: eso es lo que hay».
-«Nosotros cumplimos con la distancia de seguridad entre las cuatro mesas que nos quedaban. Pero la distancia de seguridad en cuanto a los bancos de la plaza no se cumplen».
-«Los usuarios de las terrazas no pueden fumar en ellas. Los usuarios de los bancos de la plaza están continuamente fumando e invadiendo el espacio libre de humo con el que debe cumplir la terraza».
-«La terraza sólo se puede colocar a partir de las 13:00 horas y los pivotes también. La mayoría de días hay coches aparcados en nuestra zona concedida y a lo largo de toda la acera, a esa hora e incluso más tarde, impidiendo que podamos montar nuestra terraza. Cuando llamamos al organismo encargado de gestionar este problema, nos dicen que o localizamos al dueño nosotros o esperamos a que venga una grúa, bajo denuncia nuestra y que puede tardar tres horas, que es el tiempo que tenemos de uso de terraza, puesto que cerramos a las 16:00 horas».
-«No podemos montar sombrillas, pues sobresalen de los pivotes, asiduamente pasan coches, furgonetas y camiones fuera de horario. Sacar una sombrilla y abrirla implica que cada vez que pase un vehículo de mayor envergadura, tenemos que levantar al cliente de la silla, cerrar la sombrilla mientras el cliente espera de pie, esperar que pase el vehículo y volver a abrir la sombrilla, será entonces cuando el cliente pueda volver a sentarse».
-«A pesar de que nuestras mesas son pequeñas, sobresalen de los pivotes y el comensal come literalmente en la calzada».
-«Al ser mesas pequeñas, si vienen dos mesas de seis, solo tienes dos mesas disponibles en la terraza».
«Los números son aleatorios, léanlos en el orden que quieran, tenemos más motivos, pero creo que esos son más que suficientes», resume con impotencia los propietarios de Sonámbulo.
En otro post, se recuerda la antigua situación de la terraza, ilustrándolo con otra fotografía:
«Entendemos que a la vía pública no le han puesto el nombre de manera aleatoria, y como bien indica la palabra pública es. Respetamos su utilización para los peatones, pero creemos que todo en su justa medida tiene su espacio. Y cinco mesas no hacen daño»
«Dejar de poner terraza supone menos personal necesario y por lo tanto no contratado. Sólo queremos con esta nota informar de la situación y dar los motivos que nos han llevado a ello. Encima de la que hay a nivel general, social, mental y económico en el mundo, que no se especule sobre las ganas de trabajar o no, que tiene un empresario en cuanto a las decisiones económicas o de reestructuración de su empresa. Saludos y gracias, nosotros, seguimos trabajando».
PETICIÓN DE CIUDADANOS
El grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Cádiz ha solicitado que las terrazas de los establecimientos de hostelería de la plaza de Candelaria vuelvan a su lugar original debido a los problemas que están sufriendo los negocios para atender a los clientes en su ubicación actual, ya que las mesas se encuentran en plena calzada.
En este sentido, la concejala de la formación naranja Carmen Fidalgo ha lamentado que «es incomprensible que el equipo de gobierno, y más concretamente su concejal de Urbanismo, Martín Vila, siga poniendo palos en las ruedas a un sector que se ha visto tan afectado durante la pandemia, por lo que se le debería poner facilidades en vez de crear más dificultades de las que ya tienen que soportar».
Fidalgo ha reseñado que «desde el principio se veía que el espacio era escaso e incómodo, que iba a haber problemas con los vehículos estacionados si no abandonaban las plazas de aparcamiento en el horario estipulado para el montaje de las terrazas o que se podrían ocasionar problemas de convivencia con los usuarios de los bancos en cuestiones como el consumo de tabaco».