“Ole, ole mi Cádiz y lo digo a boca llena y el que no diga ole que se le seque la hierbabuena”. Ese ha sido el grito de guerra y cariño durante muchos años en el Falla. Incluso algunas agrupaciones cuando peor lo pasaban sobre el escenario se venían literalmente arriba. Esa especie de arenga se convertía en leyenda anoche de manera definitiva con el fallecimiento de la popular María, su nombre artístico, porque en realidad se llamaba María del Carmen Llovet Muñoz.
Nunca participó en ninguna agrupación pero el universo del Carnaval la quería como si fuese una de las suyas. Y no era para menos. Quizás representaba lo que hoy en día se está perdiendo. Era aficionada de verdad. No distinguía entre Aragón y Santander, ni por situación geográfica, ni por predilección carnavalesca. Animaba a todos los grupos por igual ya vinieran de Ceuta, Herencia o Santoña. No entendía de fanatismos. Seguramente, a lo mejor, no sabía realmente ni lo que significaba.
La leyenda ha vuelto a escribir otra página para la historia. Al igual que otros personajes como Joaquín Fernández Garaboa El Quini, José Rodríguez Chatín o Francisco Márquez El Bolea, María se ha marchado en pleno Carnaval. O más bien en pleno Concurso porque en realidad lo que a ella le apasionaba era el Concurso.
Desde hace algunos años comenzó a reconocer que ya le cansaba un poco eso de estar en el Teatro todas las noches. Nunca hubiese cambiado su grito pero sí su edad. En sus tiempos mozos era de las que se pasaba varias horas en cola. Esa fidelidad provocó que fuera el propio Ayuntamiento el que le facilitase las entradas.
Incluso las de esta edición las tenía guardadas a sabiendas que su delicado estado de salud no le permitiría acercarse hasta la casa de los ladrillos coloraos. Curiosamente este año hubiese disfrutado al máximo porque era una enamorada de las finales largas.
El mundo del Carnaval no quiso faltar ayer a su cita en el Tanatorio Cádiz y numerosos personajes de la fiesta más universal de Cádiz se acercaron a ofrecerle su último adiós y las condolencias a la familia. Institucionalmente, el propio Ayuntamiento estuvo representado en la figura de su alcalde José María González y su antecesora Teófila Martínez, además del concejal de Participación Ciudadana Adrián Martínez de Pinillos.
El responso tendrá lugar mañana a las nueve de la mañana y posteriormente sus restos serán trasladados a Chiclana donde serán incinerados y recibirán sepultura junto a su marido y un hijo. Descanse en paz.