Todo padre se preocupa por el futuro de sus hijos, que se preparen y tengan una correcta educación y, el día de mañana, sean personas de bien y tengan una vida fácil.
Ese es el pensamiento de Cathy Brown, una madre de Estados Unidos, que escribió una carta que se ha convertido en viral y ha logrado conmover a todas las personas que la han leído. Sólo pide que, de momento, no se preocupen del futuro o de ir a la universidad, sino de vivir y disfrutar de las experiencias de la vida. En este caso no es una carta de despedida antes de morir como otra que también fue viral.
La carta dice:
«Mis pequeños, dejemos algo claro. No me podría importar menos si van a la universidad. De hecho, hay una parte de mi que espera cualquier cosa menos eso después de la secundaria. Personalmente, preferiría que cogierais una mochila o hicierais auto-stop hasta Siberia, un negocio de jabones naturales, voluntarios a Haití, lo que sea.
Os lo digo como una ex obsesionada con ser la más inteligente, como la tía Mandy solía llamarme. Puede que sea difícil de imaginar ahora, pero en mis tiempos era una desagradable que lograba superar las expectativas y se decepcionaba profundamente si recibía cualquier cosa menos una A+ y una estrella dorada.
Fui a la universidad, conseguí ese papel, y os digo de primera mano que no importa una mierda la educación que recibí respecto a mi potencial y valor para la sociedad.
Sois tres de los niños más brillantes, bondadosos, apasionados y burbujeantes que conozco. También los tres mayores dolores en el trasero que he tenido que criar, con su deseo de cuestionar todo (incluyéndome a mi, cincuenta veces al día), y su feroz independencia que deja claro que no me necesitáis tanto -y no cambiaría eso por nada del mundo.
Deseo de aquí a la luna y de vuelta que cuando seáis mayores tomen decisiones conscientes para resguardar estas características.
La idea de vayáis solo «porque es lo que deben hacer, para pagar miles de dólares y esperar encajar en un sistema en que su educación está en los confines de una habitación me hace encogerme hasta mi núcleo».
Un lugar en que una pieza de papel y una fiesta al final se supone que deba hacerte sentir como que lograste «valer la pena». Sois más grandes que eso. Por favor reconoced que las oportunidades para educarse a sí mismos son absolutamente ilimitadas.
Fui a la universidad para hacer felices a mi papá y a mi mamá, para hacerles sentir que hicieron un buen trabajo criando una chica muy buena. Por favor no decidan ir a la universidad porque creen que me haría orgullosa o feliz. Ya estoy orgullosa.
Si queréis ser algo como un médico o un profesor de primaria, sí, vais a tener que ir. Y si queréis ir solo por la experiencia, id Probad. Mirar cómo funciona. No es necesario que lo haga. Y si vais, id solo cuando estén listos y entusiasmados, sea eso a los 18, 25 o 53.
Mi único deseo para su educación es éste:
Deseo que hagáis cosas aparentemente irracionales pero llevadas adelante por la pasión, como tomar un vuelo a Perú para tratar de encontrar a ese tipo que conociste por 15 minutos en la ruta de bicicleta y al que no puedes sacar de tu cabeza. Espero que les rompan el corazón al menos una vez para que puedan saber qué tan grande es, y qué tan resiliente es.
Espero que se den cuenta de que hay un millón de maneras de apoyarse financieramente y que no les importe una mierda lo que piensen otros de sus opciones profesionales. Si criar cabras o ser un contador o vender cocos en la playa de Indonesia o ser una agente de bienes raíces les hace sentir felices de levantarse cada día para ir a trabajar, rock on. Espero que tengan el auto respeto y las pelotas para renunciar en el momento en que empiecen a sentir que se están muriendo dentro energéticamente.
Espero que aprendan no solo a abrazar, sino celebrar y valorar la espontaneidad. Que hagan otras cosas en su vida por el solo hecho de «¿Por qué diablos no?», esa es una razón completamente válida.
Mandad un mensaje en Twitter, conectaros a través de LinkedIn, maldita sea,invítad por un café o una bebida y buscad la disposición de subir a un avión si eso sucede. Solo aguanta tu cabeza en alto y se tú mismo.
Espero que tengáis amor por los libros – que lean no porque tienen, sino que quieren. (Ava, espero que en algún momento salgas de las novelas de romance vampiro en algún momento. Solo estoy siendo honesta).
Espero que aprendan a dar la bienvenida a los tiempos difíciles con la confianza y el coraje de un guerrero. Que abráis los ojos a todas las lecciones que esperan entre las experiencias duras que están allí para aprender. Que digáis genuinamente «venga», sabiendo que estáis a punto de salir más fuertes y sabios del otro lado.
Espero que aprendáis del placer de cuánta felicidad puede experimentar el hacer a otras personas felices. No dudéis en dar flores a la señora gruñona y extraña que se sienta en la banca del parque y que luce como si no hubiese recibido flores hace demasiado tiempo.
Espero que conozcáis muchas personas con las que, en un primer minuto, pensaríais que no tenéis nada en común.
Espero que ganéis mucho dinero y luego lo perdáis. Y luego descubráis cómo ganarlo de nuevo, pero esta vez sabiendo que aunque el dinero hace las cosas más fáciles, no es tan todo poderoso como pensabáis que era.
Si podéis verdaderamente lograr completar esta lista, incluso parte de esta lista, en mis ojos son mejores que el 95% de la gente que termina en deudas universitarias por la oportunidad de un «mejor» futuro, un «mejor» sueldo, un «mejor» trabajo, más estabilidad, convenciéndose a sí mismos que de alguna forma son más inteligentes que el resto de las personas que no fueron a la universidad.
Si os presionáis, si estáis constantemente fuera de vuestra zona de confort y disfrutando cada experiencia, buena o mala, como una experiencia de aprendizaje, si continuáis cuestionando todo (incluyéndose a ustedes), si actuáis con bondad y conciencia en todo lo que hacéis, y si os guiáis por ese pequeño sentimiento dentro que les deja saber que están en llamas y felices de estar vivos, estaréis bien.
Y cuando estéis bien, yo estaré bien. No busquéis solo ser inteligente por libros. No os quedéis en lo que la sociedad les dice es lo «correcto». Evolucionad. Sed fieros, fascinantes, absurdos y apasionados.
Y por Dios, no lleguéis al final de la vida sin historias que contar a sus nietos, de esas que ellos no puedan creer por lo extrañas que parecen. Debéis saber que hay gran valor, grandes lecciones, en solamente vivir una vida interesante y verdadera para uno mismo, sin importar qué camino te lleve abajo.»
En internet se han difundido diversas cartas conmovedoras y emocionantes como la emocionante carta de una niña a los compañeros de clase de su hermano mayor que padece autismo o la carta de un padre enfermo a su hija también enferma .