Son muchas las personas que, a la hora de ir a la cama, suelen llevarse un vaso de agua o una botella de agua a la misma. Normalmente el cuerpo, en la noche, pide beber y se hace necesario tener lÃquido para abastecerlo con la comodidad que supone tenerlo al alcance de la mano. Pero, ¿se ha detenido a pensar en los peligros que ello conlleva?
El cuerpo humano, en la noche, mientras duerme, comienza a realizar unos procesos orgánicos en los que pasa horas sin restituir lÃquidos o sólidos, al contrario, al despertar el ser humano lo que siente es la necesidad de expulsar fuera de él todos esos residuos lÃquidos, a veces sólidos, implicados en el proceso y restituirlos por otros, en forma de agua. Son procesos complejo que la quÃmica de nuestro organismo lleva un control exhaustivo y rÃtmico.
El problema de los vasos de agua en la mesilla de noche o la botella de agua es que pueden dejarse en ella de cara a otro dÃa y ser foco de bacterias que, poco a poco, van anidando en él, como si fuera agua estancada, igualmente insectos o suciedad. El peligro está en que al consumirla estamos introduciendo en nuestro cuerpo una buena cantidad de ellas que podrÃan no ocasionarnos ningún problema hasta infecciones de mayor consideración.
Las botellas de plástico  son igualmente peligrosas, en tanto pueden pasar dÃas sin cambiar el agua, o reciclando la botella, y afectarle los mismos problemas que al vaso de agua descubierto. Por tanto, lo mejor, no llevar envases o recipientes de agua y cuando sintamos la necesidad acudir al frigorÃfico o al grifo. Nuestra salud lo agradecerá.