Se llamaba Leonid Ivánovich Rógozov y su historia le pondría los pelos de punta a cualquiera pues estando destinado en la sexta Expedición Antártica Soviética entre los años 1960-1961 en la estación Novo Lazarevskaya, este ruso se vio obligado a operarse así mismo.
Estando en la Estación Rusa se vio aquejado de una grave peritonitis que podía acabar con su vida así el doctor tuvo que tomar una decisión rápida: debía practicarse una apendicectomía.
No había tenido una fácil este médico que perdió a su padre en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Estudió medicina en el Instituto Médico Pediátrico de Leningrado, en 1959 se graduó como médico general especializado en cirujía hasta que en 1960, con 26 años, se une como médico a la sexta Expedición Antártica Soviética.
Fue en este destino cuando Rógozov, el 29 de abril de 1962, se comenzó a encontrar mal, se notó con náuseas y tenía fiebre, se encontró con un pinchazo doloroso en la zona derecha del abdomen y pudo verificar que podría ser apendicitis o algo peor. Se impuso un tratamiento pero no fue efectivo, la dolencia tenía tintes de ser grave y precisar intervención.
El 30 de abril hizo un diagnóstico: tenía peritonitis, y si no se atajaba pronto podía acabar con su vida, era una muerte segura. ¿Qué hacer? La base más cercana estaba a 3074 km de Novo Lazarevskaya, las condiciones climatológicas muy duras, no llegaría a tiempo. Así que la opción más inmediata era la autocirugía.En la noche del 30 de abril de 1961, a las 22:00 h. comenzaría su auto-operación.
Se inyecto una dosis de 0,5 % de novocaína en la pared abdominal como anestesia local, ayudado por espejos gracias al meteorólogo y el conductor de la estación tuvo visibilidad de la zona a operar. Clavó su bisturí en la zona elegida de unos diez centímetros y buscó el apéndice comprobando que estaba inflamado y perforado.Inyectó en la zona antibióticos en la cavidad peritoneal. Curó toda la zona y tras dos horas finalizó la operación.
Rógozov salvó su vida, la peritonitis quedó curada y tras cinco días de descanso estaba restablecido. A la semana retiró los puntos.
Su acción le sirvió para obtener la Orden de la Bandera Roja del Trabajo y en 1962 regresó a Leningrado (San Petesburgo). En 1966 fue galardonado con el doctorado con la tesis «La resección del esófago para el tratamiento del cáncer de esófago». Destacó como médico y desde los años 1986 hasta 2000 se fue jefe del Departamento de Cirugía del Instituto de Investigación de Neumología Tuberculosa, en San Petersburgo.
Un cáncer de pulmón acabó con la vida de este singular médico que se atrevió a operarse así mismo, era el 21 de septiembre del año 2000.