Cádiz, ciudad trimilenaria, ha visto pasar por sus calles, por su tierra, a muchas culturas, muchas de ellas llegaron por mar, dotando de grandeza y de ansias de conquista a aquel que arribaba a sus costas. Pero también han sido muchos los navíos que, a lo largo del tiempo, se han hundido en sus aguas dejando tesoros, de muy diferente tipo, en ellas.
Un tesoro no tiene porque ser oro, plata y piedras preciosas sino que, también, puede serlo por su antigüedad o lo que aporta a la Cultura y al conocimiento histórico en una zona. Sea como fuere nos encontramos con un litoral que esconde muchos secretos en sus profundidades, algunos descubiertos y otros no, pero esos naufragios son parte de la Historia que, por diferentes avatares del destino, han llegado a lecho marino.
Si hacemos un repaso histórico podemos encontrar pecios que transportaban vino, aceite, especias, tela y que datan de la época fenicia, griega o romana. Aún hay ánforas bajo el mar, en diferentes puntos de la costa, que recuerdan la importancia del comercio y la naturaleza comerciante de esos pueblos invasores.
Igualmente de siglos anteriores cuando los galeones que formaban parte de la “Flota del Oro” llegaban a las costas con sus bodegas cargadas de material valiosísimo, en ruta a Sevilla, procedente del Nuevo Mundo.
Tormentas, sabotajes, temporales, desgaste de los buques, guerras, todo ello forma el ramillete de causas explicativas que llevo a pique a los mismos tales como la propia batalla de Trafalgar o el maremoto de 1755 como consecuencia del terremoto de Lisboa (Portugal) del mismo año.
De muchas épocas
En el Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz, en el Balneario de la Palma, existe un detallado mapa con las ubicaciones de muchos de estos naufragios desde el periodo púnico-fenicio con una descripción de su cargamento, encontrándose en El Aculadero, en el Puerto de Santa María; en el Puente Carranza; en la Punta de la Nao o la Caleta y en Sancti-Petri.
A parte del siglo XVI encontramos también los vestigios, en Sancti-Petri o Conil, de cañones de los galeones, o en la Caleta, la zona del Castillo de San Sebastián y otros puntos anexos.
De los siglos XVIII y XIX hay restos en la zona de la Cabezuela y en la Carraca, aunque hay un amplio “rosario” de restos como cañones o anclas también presentes en Bolonia y Tarifa. En Algeciras destaca un pecio del siglo XVII en la zona de la Ballenera o en Punta Europa que bien pudiera ser un navío ingles que se decía que transportaba un importante cargamento de oro.
En la desembocadura del Guadalquivir, en algún punto no determinado –o conocido oficialmente- se narra también como naufragó un galeón procedente del Nuevo Mundo y que llegaba cargado de todo tipo de objetos de valor. El casco del barco llegaba muy dañado de la travesía y por su antigüedad que acabó llevándolo a pique. ¿Qué pasó con su cargamento? No se sabe si aún permanece bajo las aguas del río o si, por el contrario, fue “rapiñeado” por aquellos que sabía del naufragio y esquilmaban el mismo antes de hundirse.
Los casos más conocidos
Sin duda alguna el hecho histórico que más registros de naufragios dejó en la zona fue la batalla de Trafalgar (1805) en el que se hundieron, entre otros, los conocidos del “Santísima Trinidad”, “Bucentaure” y “Fougeaux” que eran, para más señas, los buques insignias de las flotas española y francesa en su lucha contra los franceses.
El primero de ellos, el “Santísima Trinidad” estaba mandado por el almirante Federico Gravina, hundido en la tormenta tras la batalla mientras cuando era remolcado, como botín, por los ingleses a Gibraltar. Se sabe que hoy el mítico barco se encuentra en aguas de Barbate.
El “Bucentaure”, francés, era capitaneado Pierre Villeneuve, jefe de la escuadra franco-española, derrotada por la flota inglesa en Trafalgar, hundido en el temporal cuando trataba de ganar el puerto de Cádiz y que hoy se encuentra en la zona de la Caleta, en Bajo de Chapitel.
El “Fougeaux” se encuentra en la playa de Camposoto, en San Fernando donde hay una gran cantidad de restos –como en el caso anterior- y gran parte de su tripulación.
Uno de los más recientes es el “Reina Regente”, del siglo XIX, que se hundió debido a un temporal y del que se sabe que está en algún punto de la costa. Se fue a pique con 412 hombres a bordo, aun no ha sido encontrado aunque a Algeciras llegaron muchos restos.
En aguas gaditanas han aparecido monedas de diferentes épocas, ánforas y hasta lingotes durante las obras de la terminal de contenedores del puerto, en sus aguas –no exentas de peligros- hay una fortuna pero también mucha Historia.