Si hay un juego que ha «atrapado» a todo aquel que ha «echado un partida» en él ese ha sido, sin dudas, el TETRIS, ¿quién no ha jugado con él alguna vez?
La historia de este videojuego es realmente curiosa pues su programador fue Alekséi Pázhitnov en el marco de la vieja unión Soviética, la URSS, siendo lanzado al mercado el 6 de junio de 1984 y sorprendiendo por qué no eran, precisamente los rusos, de los habituales en el TOP de los juegos más adictivos. Pero TETRIS era diferente, enganchó a millones de personas en el mundo que lo equiparaban al no menos famoso «cubo mágico de Rubik».
El nombre guarda el primer secreto pues TETRIS es una derivación del prefijo griego numérico «tetra» y las piezas del juego eran conocidas todas como Tetrominós pues todas disponen de cuatro segmentos y estas deben ser encajadas las unas con las otras sin dejar espacios mientras aumenta la velocidad y la dificultad. El éxito fue inmediato y pronto se sacó el juego en todo tipo de dispositivo, eran simple pero eficaz y su paso a las videoconsolas hizo que aún fuera más popular.
Cuenta la «leyenda urbana» de este juego que fue programado en una sola tarde y, por ejemplo, en Estados Unidos se comercializó tirando de patriotismo barato e indicando: «Fabricando en Estados Unidos, creado en el extranjero».
Estudios y patología
El juego permite girar las piezas y buscar el encaje antes que toque a una de ellas, una vez se consigue una línea completa la misma desaparece bajando a nivel de suelo, aunque la tarea va ganando paulatinamente en complejidad y existiendo muchos niveles del mismo. Lo cierto es que es un juego que esconde mucho conocimiento en matemáticas y se hizo un estudio sobre el efecto cognitivo que tenía el juego si se jugaba prolongadamente al mismo, la conclusión es que se conseguía una mayor actividad cerebral durante las partidas y, con ello, el consumo de energía cerebral que se mide por el coeficiente de glucosa. Se logró determinar que a medida que el jugador va pasando niveles y es más hábil en el juego se conseguía reducir el consumo de energía y glucosa siendo más funcional y eficiente. Se recomendaba jugar al TETRIS al menos durante media hora en un espacio de 3 meses pues mejoraba las funciones cognitivas así como el pensamiento crítico, la capacidad de razonamiento y el procesamiento del lenguaje así como el espesor de la corteza cerebral. ¿Quién da más?
Igualmente mejoraba aquellos estados de adolescentes con ambliopatía u «ojo perezoso», ayudaba a corregir ese problema y entrenar el ojo.
Casi a punto de alcanzar los 40 años, con 38 a «sus espaldas» desde su creación en 1984, aún son muchos los secretos del TETRIS, así para todos aquellos que superaron los niveles normales del mismo deben saber que hay dos niveles más dentro de TETRIS EFFECT, dos niveles secretos.
También está el denominado «efecto TETRIS» y que es, realmente, una extraña sensación en el entorno en el que se intenta ordenar la realidad que tenemos alrededor en bloques como si fuera parte del juego y rememorando las formas geométricas. Es una patología que no se limita al juego sino a todo lo que es una actividad lúdica en cuestión. Algo que es muy evidente cuando, por ejemplo, se apilan cajas o se ordena un trastero, que se suele «hacer un TETRIS» provocando una gran satisfacción en la persona.
TETRIS generó miles de millones de dólares en beneficios y también fue utilizado como «arma» propagandística de las «bondades» de la vieja Unión Soviética, incluso se creó el ELORG para velar por los intereses de distribución y licencias que se otorgaban del juego que ya era, en ese tiempo, la gallina de los huevos de oro.
Conspiraciones y el temible KGB
El juego también llevó su dosis de conspiración, la enorme popularidad del mismo llevó a los grandes empresarios a tratar de hacer negocio con él, fue el caso de Robert Stein que negoció con la URSS, en 1986, para conseguir los derechos del juego para PC obviando que antes de tener esa licencia ya lo estaba comercializando. Posteriormente vendió esos derechos al Grupo Maxwell y este a otra empresa, algo que el KGB (el servicio secreto ruso) investiga y siendo sumamente peligroso dado el periodo de permanencia existente dentro de la «Guerra Fría».
Sería la poderosa Atari quién compra la licencia para Estados Unidos del juego a Maxwell y Hank Rogers hace lo propio para Japón lanzando el TETRIS para FAMICOM. Así desde el ELORG se consideró que los juegos de Atari y FAMICON eran piratas y debió detenerse su venta. El KGB, dirigido por Velakov, tuvo encuentros con Stein, Rogers y el hijo de Maxwell. Rogers representaba a NINTENDO y quería el juego para su nueva máquina, la Game Boy, siendo seguido por el KGB y «teniendo la impresión de ser vigilado y perseguido».
Con Stein y Maxwell la acción fue más seria pues fueron acusados de vender unos derechos que no poseían y violar la licencia. Conocedores de la gravedad del asunto Maxwell quiso comprar la licencia allí mismo tirando de chequera; pero quién se llevó esos derechos fue Rogers para NINTENDO siendo un enorme éxito de ventas. Aún resuena la llamada de Rogers a Japón diciendo: «Tengo el juego perfecto para Game Boy».
El magnate Maxwell comenzó entonces a presionar al gobierno de la Unión Soviética a todos los niveles con sus poderosas empresas, acusa a Valekok de hacer perder millones de dólares al país e, incluso, se permite el lujo de amenazar al jefe de la KGB.
Sea como fuere aquel mismo año Mijaíl Gorbachov poner fin a la URSS y Maxwell aparece, en Gibraltar, misteriosamente muerto en el yate que poseía. Se dice que fue el KGB pero todo entra dentro del terreno especulativo.
Cabe decir que el programador del juego, Alekséi Pázhitnov, fichó por Microsoft y es uno de los diseñadores del juegos de la poderosa empresa estadounidense, de reconocido prestigio y, en la actualidad afincado en el país de la «Libertad» sin tener un grato sabor de boca de aquellos tiempos oscuros en torno a una de las mayores creaciones de un juego en la Historia.