El experto en sismología Juan Vicente Cantavella, director de la Red Sísmica Nacional del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ha avisado de la peligrosidad que tendría un terremoto de magnitud 7,8 a la par que indica que lo sucedido en Turquía es “imposible de predecir en lo referido a cuándo y con qué magnitud será” y que son terremotos “poco probables en España, pero no imposibles”.
Tragedia en Turquía
En la actualidad no es posible poder predecir los terremotos, ni saber cuándo donde se pueden producir y, mucho menos, la intensidad que pudieron tener, de ser posible se habrían podido evitar muchas muertes en Turquía.
Con respecto a lo sucedido en Turquía indicaba que «es un país con gran peligrosidad sísmica y terremotos como estos seguirán sucediendo con cierta frecuencia. Otra cosa es que pongamos soluciones para mitigar sus efectos. Una de estas soluciones es la construcción sismorresistente. Construir de modo que las casas aguantes estas sacudidas. También es posible en algunos casos tener sistemas de alerta temprana, que nos avisarían segundos antes de que lleguen las ondas sísmicas más severas para tomar algunas medidas como por ejemplo frenar un tren o cerrar un circuito de gas» en declaraciones a AS.
Equivalencia en el mar
Si este tipo de terremotos, con esta fuerza, se originara en el mar podría tener una violencia tal que afectara a las costas, de esta forma el experto indica que un terremoto de 7,8 cerca de la costa originaría un tsunami con una fuerza incontrolada que debería de activar todos los protocolos para estos casos.
En España «es poco probable, pero no imposible. Turquía tiene mayor peligrosidad sísmica que España. No obstante, en 1969 ocurrió un terremoto en el Océano Atlántico a unos 200 km de la costa de la península ibérica de magnitud 7.8, en 2016 un terremoto de magnitud 6,3 en el mar de Alborán… Los terremotos más importantes en los últimos 200 años con epicentro en la península ibérica han sido en Torrevieja en 1829 y en Alhama de Granada en 1884, ambos con una magnitud en torno a 6.5″.
Aún así son muchas las localidades costeras que han realizado simulacros al respecto y estudio bajo modelos informáticos de cómo afectaría y como evolucionaría el agua así como el nivel de destrucción en función de la magnitud del seísmo.