Seguramente, en alguna ocasión, has tenido hipo, ese incómodo espasmo que se produce en el diafragma de la persona y sobre el que no se tiene control. Para unos es gracioso pero para el que lo padece -temporalmente- es bastante molesto. Se tenía la creencia que si a la persona se le daba un susto el hipo desaparecería, ¿es esto cierto o no tiene base alguna?
Dar un susto a una persona con hipo puede resultar divertido, pero la verdad es que tampoco es que sea la solución más factible para la persona. Cuando se produce el hipo en la persona no se sabe bien la razón por la que el cuerpo lo hace, es un misterio.
Formas populares de quitar el hipo
Lo cierto es que son espasmos rítmicos en el diafragma de la persona cuya contracción suele ser ruidosa en las cuerdas vocales, de hecho el sonido onomatopéyico suele ser «hip» y de ahí la palabra hipo.
Cuando pasan varios minutos y no se ha quitado suele ser pesado para la persona, de hecho puede generar ansiedad, hay casos en los que un ataque de hipo duró años y, por ello, entró en el «Libro de los Records», aunque a su protagonista lo tuviera realmente cansado por todo lo que implica.
Hay diferentes formas populares de acabar con el hipo como, por ejemplo, beber sorbos de agua seguidos, aguantar la respiración para hacer que el diafragma interrumpa su movimiento y aumente el nivel de dióxido de carbono en el cuerpo, según el Departamento de Otorrinolaringología del Centro Médico de la Universidad de Nueva York.
Pero el susto es el que gana de entre todos esos remedios caseros, es una forma de reactivar el patrón de la respiración y da un estímulo al sistema nervioso central, que activa lo que es la respuesta de estrés (como es el miedo).
Los investigadores Aya Peleg y Roni Peleg, publicaron un informe de un caso en la revista Canadian Family Physician, del año 2000, en los que un hombre de 40 años logró de una situación de hipo prolongado durante cuatro días. Los investigadores indicaron que: «Un mecanismo similar a este ocurre cuando alguien se sobresalta, lo que teóricamente resulta en una estimulación simpática que podría conducir a un cese del hipo» como es el hecho de sentir miedo o de asustarse.
Puede que no sea un método muy ortodoxo o científico pero cuando menos es efectivo.
El sorprendente caso de Charles Osborne
Quizás un susto es lo que hubiera necesitado Charles Orborne que tuvo un ataque de hipo durante 68 años entrando en el guinness.
Su ataque de hipo comenzó en el año 1922, llevó una vida normal, se casó dos veces y tuvo ocho hijos, pero su ataque duró hasta el año 1990, meses antes de su fallecimiento. Al parecer se encontró el problema donde estaba para un ataque de hipo de estas características:
«Ali Seifi, neurocirujano del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio e inventor de un dispositivo que alivia instantáneamente el hipo, teoriza que Osborne sufrió una lesión menor en las costillas durante su accidente. Las costillas inferiores están unidas al diafragma, un músculo entre el pecho y el vientre que se contrae para crear hipo. Un diafragma dañado puede haber sido responsable del hipo interminable».
El hipo, aun no se conoce el mecanismo por el que se produce o su función, son enigmas del cuerpo humano que pueden generar todo tipo de situaciones, desde graciosas hasta comprometidas o cansinas y que hoy día sigue siendo investigado por la Ciencia.