Australia pasa por ser uno de los países más restrictivos en cuanto a todo lo que es acceder al mismo, al mítico «control de aduanas», sin embargo ha sorprendido al mundo al ser el primero en autorizar el consumo de medicamentos que tengan en su composición sustancia psicodélicas psilocibina y MDMA (que se conoce en los ambientes de ocio nocturno como éxtasis).
Efecto terapéutico
Este tipo de sustancia lo que desencadena en la persona que lo consume estados mentales no convencionales y/o una aparente expansión de la conciencia de la persona, entre otros efectos.
Esta aprobación por parte del gobierno australiano ha sido realizada por la entidad que regula los fármacos del país y tendrá «luz verde», entrará en vigor, en julio de 2023. La Administración de Bienes terapéuticos publicó una nota de prensa donde se indicaba que se permitirá su consumo siempre que sean prescritas por «psiquiatras específicamente autorizados por el tratamiento de algunas dolencias de salud mental».
Sobre todo ello se indica que la droga MDMA podría emplearse para el síndrome postraumático, para la depresión y que el uso de la psilocibina se admitiría para otros tratamientos: “Estas son las dos únicas enfermedades para las que hay suficientes pruebas de beneficios potenciales para algunos pacientes”.
Desde la entidad gubernamental se indica que hay «falta de opciones» para los pacientes que padecen enfermedades mentales que resisten a lo que son los tratamientos; igualmente se recuerda de la necesidad de controles sobre los posibles efectos adversos de lo que son las terapias y que, para usos, al margen de lo que son otras dolencias mencionadas, que siguen siendo sustancia prohibidas.
Aprobación del TGA de Australia
Así los fármacos deben recibir la aprobación del TGA (Administración de Bienes Terapéuticos) y por el comité de ética. La decisión -no exenta de polémica-, se tomó por que se consideró que hay pacientes que tendrían beneficios en su salud recibiendo esas sustancias.
En un periodo corto de tiempo comenzarán, por tanto, a poderse recetar fármacos con estas dos sustancias pasando y a comprobar que tengan el efecto calculado en los pacientes.
Las drogas de tipo alucinógeno son las que crean una distorsión en la persona, en cómo percibe la realidad, generando alucinaciones. Todo ello hace que penetren en un mundo irreal pero que resulta creíble para el consumidor, pero también afecta al estado de ánimo, a esa misma percepción, al sueño, sexo, apetito, el campo de actuación es muy alto.
Los alucinógenos se dividen en dos tipos: los alucinógenos clásicos como el LSD o las drogas disociativas como el PCP, unas son de tipo artificial y otras de tipo natural que se obtienen de determinadas plantas u hongos.
La pregunta es: ¿Se producirá un efecto dominó? ¿Seguirán este ejemplo otros países?