Recordarán aquella «restauración» infame con el «Ecce Homo» de Borja y que el que se destruyó, artísticamente, una imagen; fue un caso que dio la vuelta al mundo y que, ahora, en A Coruña, tiene otro similar aunque menos evidente.
Nefasta «restauración»
Se trata de una «restauración» sobre la talla de la Virgen del Carmen de la iglesia castrense de San Andrés. Ha sido un trabajo que más que una restauración ha sido un mal repintado en el que se ha perdido la policromía original. La imagen es una talla del siglo XIX de Isidoro Brocos y ahora, el arquitecto Alberto Fuentes Valcárcel ha trasladado la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia un informe sobre este nuevo atentado artístico.
El arquitecto explicaba a Europa Press que «la han repintado en lugar de restaurarla, que fue el encargo. Toda la policromía original ha desaparecido».
Estableciendo similitudes con el caso de Borja indicaba: «aunque a la vista no es horrorosa, es una falta igual de grave. No es una cosa tan agravada como el «Ecce Homo» o la Virgen de Chamorro, pero sigue siendo una gran falta».
El informe a la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural hace una llamada a la evaluación de este suceso y también a la actuación, siempre, de personal cualificado para ello. Según indicó Alberto Fuentes hay personas, de la feligresía, que están «disgustadas» y con evidente malestar así como con las palabras del párroco que habría manifestado que «le daba igual, que estaba mejor».
La Consellería de Cultura confirmó que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural estaba recabando toda la información de este caso para establecer líneas de actuación.
Otros casos
El más conocido es, sin dudas, el «Ecce Homo» de Borja que ha dado paso a titular las serie de atentados artísticos que se conocen. El «Ecce Homo» original de Borja era/es una pequeña pintura obra del profesor Elías García Martínez, de tipo mural, que estaba en el Santuario de la Misericordia de Borja (Zaragoza) y que fue «restaurada» por una vecina, Cecilia Giménez Zueco dejándola irreconocible y no pudiéndose recobrar la original que quedó dañada. El hecho, que fue esperpéntico si sirvió para que muchos fueran los que llegaran a Borja y se convirtiera en una inesperada fuente de turismo temporal.
Peor fue el caso de la Virgen de Chamorro en Ferrol puesto que: “En 1990 sometieron a la imagen a una restauración sin supervisión profesional. Pretendieron convertir una talla del siglo XII en una talla barroca del siglo XVIII: le pusieron pelo, una corona, le pintaron ojos… y le restaron todo el valor que tiene esta obra, que es una de las pocas que se conservan de su época en Galicia”, indica Ana Paula Castro, profesional en Arte y Antigüedad de Apatrigal.
Desde la Asociación de Defensa del Patrimonio Cultural Gallego se movilizaron para evitar un nuevo atentado artístico: “Insistimos y conseguimos paralizar la restauración particular, que estaba prevista para este lunes» y añade que este tipo de hechos, de restauraciones, se hace «“de buena fe y con la mejor intención, pero es necesario que piezas de tanto valor artístico sean restauradas por profesionales y sigan el protocolo pertinente”. Los expertos en Arte analizan y estudian la imagen a fin que recupere el aspecto que tenía antes de una mala restauración.
Son casos llamativos que no logran entenderse allá cuando se habla de piezas de un gran valor cultural y artístico.