En el mundo hay muchos enigmas y muchos misterios del pasado. Uno de ellos es el que nos lleva a Georgia, a una ciudad-cueva que es una especie, hoy, de monasterio enclavado en un escarpado sistema montañoso.
La visión del rey Jorge III y su hija Tamar
Sorprende, al visitante, la cantidad de cuevas ganadas a la roca, con esfuerzo, así como el labrado en la piedra viva que tienen muchas de ellas. Fue en el siglo XII cuando el rey Jorge III comenzó con la labor de Excavar esta ciudad para protegerse de la invasión del imperio Mongol.
Se construyó toda en el interior de una montaña y con sólo un acceso práctico junto a un punto escondido en el río Mtkvari. Sin embargo sería la hija del rey, Tamar, la que siguió aquellas obras que inició su padre con la intención de dar refugio a su pueblo así como que fuera un santuario para su cultura y su religión, a salvo siempre de cualquier pueblo invasor.
6000 cuevas
La reina fue la auténtica impulsora de todo ello llegando a tener más de 6000 cuevas que se repartían -y reparten en 13 plantas donde cada una tiene su propia iglesia, donde había zonas para efectuar rituales funerarios así como bodegas, almacenes y todo lo que fuera necesario para sobrevivir de cualquier ataque.
Era una inmensa ciudad-cueva con autosuficiencia, con sistema de recogida de agua, de irrigación, de cultivos en terraza así como de defensa y con un sistema de distribución de agua potable para cada zona de las cuevas, cada planta.
El momento crítico de las cuevas llegó en el año 1283 cuando se produjo un terremoto que originó derrumbes en el interior de las mismas.
Otros puntos destacados
Parcialmente, en un alto porcentaje, quedo destruida o inaccesible y sólo quedan, en la actualidad, 300 cuevas, que son visitables, que se extienden mediante una galería de túneles de 500 metros de largo y que tiene otros atractivos como los frescos de su iglesia medieval con una pintura de la reina Tamar, el campanario, las «lágrimas de Tamar» que serían una especie de manantial con aguas sanadoras o sus impresionantes tuberías de arcilla en un alarde de ingeniería.
Es Vardzia, la ciudad-cueva, a más de 200 kilómetros de Tiflis y con una cota de altitud, en su punto más alto, de 1462 metros. Un lugar con mucha Historia y tan sorprendente como legendario.