'El pimiento indomable' o cómo cuaja una mezcla impensable

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El dúo El pimiento indomable es un buen ejemplo de cómo casa una mezcla a priori impensable. Un clásico como Kiko Veneno se ha atrevido a fusionar su música con el uruguayo Martín Buscaglia, clásico de otra forma al otro lado del charco. Del encuentro musical sale un sonido que no es de ninguno de los dos, pero que despierta buen rollo, optimismo y diversión. Los que fueron el sábado a la Sala Momart de Cádiz esperando escuchar al Kiko de siempre salieron sorprendidos con su enésima reinvención, esta vez en compañía, que supone este proyecto de El pimiento indomable, que ya tomaba cuerpo hace algunos años.

Batería, dos voces y dos guitarras (bueno, o guitarra y bajo y cualquiera de los aparatitos que manejó Buscaglia) fueron suficientes para brindar 90 minutos de música sin más pretensiones que entretener al centenar de personas que asistió al concierto. Música en directo, diversión y optimismo, que no es poco para los tiempos que corren.

En esa hora y media mal contada Kiko y Martín dejaron un ramillete de buenos temas, de letras que iban de la frontera del surrealismo a lo cotidiano, de lo absurdo a lo natural. Destacaron Todos somos raros, Dos locos, Necesito todo tu amor, Nadador Salvador, Don Perogrullo o el primer single del CD, América es más grande. Pero sobre todo destacó la propuesta y la filosofía del proyecto, que alguien del público definió como "Urucay". Pues eso.