Álex Fernandez controla el balón ante un rival de la SD Huesca
El capitán del Cádiz CF, Álex Fernandez, controla el balón ante un rival de la SD Huesca. Foto: Cádiz CF.

El Cádiz CF intenta redimirse de sus pecados con una goleada tardía a la SD Huesca

Los amarillos golean en un partido sin presión en el césped, pero con pitos y con el rival buscando el playoff

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El Cádiz CF no deja de sorprender. Para bien (como ante la SD Huesca) o para mal (como la mayor parte de la temporada), pero siempre puede dar un giro de guion y sorprender. Y en el último partido de la temporada en el Nuevo Mirandilla lo ha vuelto a hacer.

El cuadro amarillo ha goleado con suma facilidad a un equipo que venía a Cádiz a tratar de apurar sus opciones de jugar la fase de ascenso, pero que ya había encajado cuatro goles antes del minuto 40. Y con la grada y buena parte de la afición de uñas.

El equipo de Garitano ha conseguido por fin darle una alegría a su afición, reivindicarse y poder cerrar la campaña (aunque aún falte un partido) con dignidad. Y lo ha hecho en el peor escenario posible: con protesta previa al choque, Brigadas Amarillas fuera del estadio hasta el descanso (que luego fue antes) y gran parte de la afición con la escopeta cargada contra todo y contra todos.

Pues con todos esos condicionantes en contra, con más presión en la grada que en el césped, el Cádiz CF ha recuperado su versión más competitiva en los primeros 45 minutos. La segunda parte, como suele pasar en este tipo de partidos que se van al descanso con goleada, ha servido para poco en lo futbolístico. Para el debut de un canterano y para muchas despedidas en el césped. Aunque no todas en modo homenaje.

Porque las pitadas que han escuchado, sobre todo Brian Ocampo, algo Escalante, y —poco comprensiblemente— Sobrino cuando entraron, y Carlos Fernández cuando fue sustituido, dejaron claro que el Nuevo Mirandilla les había puesto la proa. Como a Fali, del que se pidió que saliera a jugar para haber practicado plebiscito, o a Víctor Chust, al que una parte de la afición dedicó un desafortunado cántico desde la zona de Brigadas Amarillas.

Y como es habitual, el centro de todas las críticas fue el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, que recibió su dosis de crítica gaditana, desde el “súbeme los abonos” al “Manolo súbete el sueldo”. Por el camino también cayeron cánticos para el vicepresidente Rafael Contreras y el secretario técnico, Juan Cala, algunos igualmente reprobables.

En lo deportivo, hubo poca o ninguna historia. Garitano apostó por otro dibujo en esa línea que lleva en las últimas semanas de probar sistemas y jugadores. Esta vez salió con tres centrales y dos carrileros, un doble pivote por delante, un mediapunta y dos hombres arriba. Lo de los tres centrales y los carriles no es la primera vez que lo prueba.

Sorprendentemente, el Huesca no salió tan enchufado al partido como sus opciones de meterse en fase de ascenso apuntaban. Así, a los 11 minutos, Álex Fernández robó un balón casi en la línea de fondo y se la puso a Moussa Diakité, que, tras un control, la rompió desde la frontal para estrenar su casillero de goles. Algo que venía persiguiendo con insistencia y que logró casi como una celebración por su llamada con la selección de Mali (por cierto, celebración también desafortunada).

Apenas ocho minutos después, una buena pared del propio Diakité con De la Rosa le permitió al onubense centrar desde una zona peligrosa, y el rechace de Blasco fue a los pies de Melendo, que dobló la ventaja cadista. Eso, y una valiente acción de Kovacevic poco después, al despejar de cabeza un zapatazo de Loudeiro, cerraron prácticamente el choque antes de la media hora.

En el juego seguía sin pasar gran cosa, pero ese punto de intención que tanto se le ha echado en falta al Cádiz en el último tramo de competición (prácticamente desde la visita al Tenerife) le permitió a Roger robarle la cartera a Blasco y colocarla luego en la base del poste. Cuarto gol de la temporada para el mejor jugador amarillo en este tramo final —tres goles y tres asistencias— que no ha tenido suerte con las lesiones. En este partido tampoco, ya que se tuvo que retirar poco después.

Y antes del minuto 40, Álex Fernández, tras una buena conducción y pared con Roger, marcó el que podría ser su último gol como cadista en el Nuevo Mirandilla, dada la forma en que se despidió al final del partido. Fue, además, de los pocos aplaudidos por la afición, que pidió que continuara.

Hemos contado más detenidamente los goles porque hasta ahí prácticamente llegó el choque. Poco más que contar. Como suele suceder en este tipo de encuentros que se rompen en la primera mitad. Señalar lo curioso de añadir seis minutos en el primer tiempo —sin que hubiera cambios— y solo uno en el segundo, con diez sustituciones. ¿Por tener algo de miramiento con el Huesca, que perdía 4-0 y decía adiós al playoff? Puede. Pero el resultado era el mismo en ambos momentos. Cosas del fútbol y de los árbitros.

Así que la segunda parte sirvió para que se vieran a los jugadores que quiere —o no quiere— la grada, o una parte de ella. Y para que otros pudieran despedirse del que ha sido su equipo y en el que parece que no continuarán. Los casos más claros: Brian, Escalante y el que parece confirmado, Zaldúa. La duda en la posible salida de Álex, que se despidió desde el centro del campo mientras la afición lo vitoreaba hasta que sonó la música por megafonía, y las incógnitas con Carlos Fernández y Sobrino.

Lo que sea, se irá sabiendo en las próximas semanas. Desde la pasada, la Dirección Deportiva del Cádiz puede ir confeccionando el nuevo proyecto. Para empezar, confirmando la presencia de Garitano. Pero eso será otra historia.

De momento, el Cádiz ha cerrado la temporada en casa. Mala temporada, decepcionante. Con este triunfo, los amarillos se sitúan por segunda vez en el curso justo en la mitad de la tabla —el puesto 11— y solo una vez han estado por encima. Mientras, los otros dos equipos que le acompañaron en el descenso desde Primera a Segunda el pasado verano se jugarán en la última jornada entrar en la fase de ascenso, y ambos dependen de sí mismos.