Adiós a los petardos en San Fernando, el bando municipal ya está en vigor estas Navidades
La Policía Local vigilará el uso de petardos tras el nuevo bando navideño en San Fernando
La alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, ha vuelto a dictar un bando municipal con motivo de la celebración de la Navidad y el Año Nuevo donde se prohíbe expresamente la venta y el uso de cualquier tipo de artículo pirotécnico en el término municipal.
La medida, que ya se ha aplicado en ejercicios anteriores, ha entrado en vigor esta misma semana y permanecerá vigente durante todo el tiempo y periodo festivo.
El objetivo del bando es compatibilizar la celebración de unas fechas tradicionalmente asociadas al ocio y los encuentros sociales con todo lo que es la seguridad, el bienestar y la convivencia ciudadana.
Según expone el documento, el uso de petardos, cohetes y otros materiales similares provoca muchas molestias generalizadas entre la población, genera suciedad y puede ocasionar daños en el entorno urbano, igualmente afecta de manera directa a colectivos especialmente vulnerables.
Desde el Ayuntamiento de San Fernando se hace un llamamiento explícito al civismo y a la responsabilidad individual de los isleños para que se abstengan por completo de utilizar este tipo de productos, habituales en estas fechas pero considerados incompatibles con una convivencia respetuosa.
La alcaldesa, Patricia Cavada, subraya que el cumplimiento del bando redundará en beneficio de la ciudad y de sus habitantes, apelando a la comprensión y a la buena conciencia de la ciudadanía.
En el texto, Cavada llama la atención sobre el impacto negativo que la pirotecnia tiene sobre personas mayores, niños y personas con necesidades especiales.
Protección de niños y personas vulnerables así como de las mascotas en San Fernando
Las explosiones repentinas, señala, pueden generar episodios de miedo, ansiedad y desorientación en quienes presentan una mayor sensibilidad al ruido. Estas circunstancias convierten el uso de petardos en un problema que trasciende lo meramente festivo hasta convertirse en una cuestión de bienestar social.
Especial atención merece también la protección de los animales, a las mascotas. El bando recoge el compromiso de la Alcaldía isleña con las entidades protectoras que operan en el municipio y con los numerosos vecinos que han trasladado su preocupación por el sufrimiento que los ruidos provocan en perros y otras mascotas.
Debido a su mayor capacidad auditiva, estos animales pueden experimentar episodios de mucho pánico, conductas alteradas y situaciones de riesgo como huidas o accidentes domésticos derivados del estrés sonoro.
En cuanto a la aplicación de la normativa, el Ayuntamiento de San Fernando ha delegado las labores de vigilancia y control en la Policía Local, que será la encargada de velar por el cumplimiento de la prohibición.
No obstante, el bando contempla también la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda denunciar el uso o la venta de material pirotécnico ante la autoridad competente, potenciando así el carácter colectivo de la medida.
El régimen sancionador queda claramente establecido en el documento. Las infracciones serán castigadas conforme a lo que dispone la ordenanza municipal de protección de bienes públicos y del patrimonio arquitectónico, así como a lo dispuesto en el Real Decreto 137/1993, de 29 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de Armas.
En concreto, la normativa municipal tipifica explícitamente como infracción grave portar mechas encendidas o disparar petardos, cohetes u otros artículos pirotécnicos.
Las sanciones económicas previstas para este tipo de conductas oscilan entre valores de los 150,26 y los 300,50 euros, una cuantía que pretende disuadir a quienes puedan plantearse incumplir la prohibición durante las celebraciones.
Desde el Consistorio isleño se insiste en que no se trata de una medida punitiva, sino preventiva, orientada a garantizar unas fiestas seguras, tranquilas y respetuosas para todos.
Con este bando, el Ayuntamiento de San Fernando refuerza una línea de actuación que busca promover modelos de celebración que son necesarios y más responsables y acordes con la convivencia urbana, recordando que el disfrute de las fiestas no debe producirse a costa del bienestar de otras personas ni de los animales.