Apuñalamiento y trifulcas en la calle Barbate de Cádiz: crece la alarma social en el barrio

Un apuñalamiento en la calle Barbate ha hecho crecer la alarma social en la Barriada de La Paz de la capital gaditana.
No es el primer suceso de esta índole que ocurre allí. Y los vecinos, hartos de la intranquilidad que se vive en el barrio, se temen que no será el último y reclaman mayor presencia policial.
Personal sanitario atendió a la víctima en una plazoleta que se llenó de agentes de la Policía Nacional en un abrir y cerrar de ojos cuando ya había finalizado la trifulca.
Los chillidos desesperados de la gente que estaba allí pidiendo ayuda se escucharon desde distintas zonas y evitaron males mayores.
Los últimos hechos ocurrieron este pasado miércoles por la tarde en el número 66 de la calle Barbate, en la plazoleta de los conocidos como pisos rojos de la Barriada de La Paz.
Según ha podido saber este medio, tres jóvenes hicieron cortes con un cuchillo a otro joven de unos 20 años de edad. Le pegaron, se cayó al suelo y le abrieron la cabeza de una patada.
La agresión tuvo lugar a escasos metros del ambulatorio La Paz y varios médicos del centro tuvieron que salir a la calle para atender al herido.
Varios dispositivos de la Policía Nacional se desplazaron hasta el lugar de los hechos. Uno de los agresores apuntaba a que era del barrio y los agentes policiales peinaron la zona buscándole.
Los primeros hechos de esta trifulca tuvieron lugar hace dos semanas con los mismos protagonistas y por el mismo escenario, cuando hubo un apuñalamiento en el muslo a uno de ellos. El agredido con arma blanca no presentó denuncia.
La situación en esa plazoleta, según se apunta desde el vecindario, es insostenible. Se dan muchos trapicheos de droga y algunos, de vez en cuando, como ocurrió ayer, acaban de la peor de las maneras.
Los vecinos piden más presencia policial. Y es que un día sí y otro también, hay peleas, trifulcas... el peligro, de la mano de la droga, se da cita en cada esquina.
Ayer, cerca de donde ocurrió la agresión, mientras se repartían golpes y cortes con un cuchillo, había padres con sus niños merendando sentados en los bancos.
Ninguna de las partes, según se informa desde la Policía Nacional, puso tampoco denuncia alguna por lo ocurrido en esta ocasión.