Cinco siglos después de Elcano, el gaditano Pepe Solá intenta completar la misma vuelta al mundo
El Fénix zarpa desde Sanlúcar: la vuelta al mundo que quiere culminar 500 años después de Elcano
Cinco siglos después de que Juan Sebastián Elcano culminara la primera vuelta al mundo, el navegante Pepe Solá vuelve a intentarlo. Lo hará al timón de un nuevo barco, El Fénix, una embarcación que tiene 21 metros y dos mástiles que zarpó recientemente desde Sanlúcar de Barrameda con destino a la historia.
Su propósito es poder culminar la circunnavegación que inició en el año 2022 a bordo del velero Pros, hundido un año después en el océano Pacífico tras el paso de un supertifón.
La aventura, cargada de simbolismo y resiliencia, lleva el sello de la Asociación Amigos de los Grandes Navegantes y Exploradores Españoles, que preside Solá. El proyecto, inspirado en la travesía realizada por Magallanes y Elcano, se vio golpeado por múltiples contratiempos: la pandemia, problemas técnicos, la guerra de Ucrania y finalmente, el desastre natural que puso fin a la expedición en Guam.
Pero lejos de rendirse, el marino andaluz decidió volver a comenzar, fiel a su lema que es “hay que acabar lo que se empieza”.
El pasado mes de diciembre, el muelle de Sanlúcar volvió a ser escenario de una partida cargada de mucha emoción. Bajo un cielo gris y una lluvia persistente, El Fénix alzó velas para iniciar su ruta por los océanos del planeta.
Declaró poco antes de zarpar que “los retos son siempre los mismos: nosotros planificamos, nosotros prevemos y luego la naturaleza dispone”.
El itinerario, que está cuidadosamente trazado, incluye escalas en algunos de los puertos más emblemáticos de la historia de la navegación como son San Juan de Puerto Rico, Cartagena de Indias, el Canal de Panamá, Hawái, Mactan (isla filipina donde murió Magallanes), y las islas indonesias de Tidore y Ternate.
Si todo marcha según lo previsto, El Fénix regresará a Sevilla entre los meses marzo y abril del año 2027, completando así una singladura de unos 15 o 16 meses.
Un viaje pedagógico y cultural de Solá
Más allá del desafío marítimo, la expedición persigue un objetivo que es tanto pedagógico como cultural, sobre ello dijo que “nos mueven dos pasiones: el amor por la navegación y la necesidad de reivindicar nuestra historia”.
Para Solá, navegar es una experiencia de libertad y autodescubrimiento, pero también es un acto de memoria sobre lo que dijo “nos duele ver lo poco que nuestro país aprecia a sus grandes navegantes. Queremos aportar nuestro granito de arena para revertir esa tendencia”, afirma.
El propio nombre del velero, El Fénix, refleja el espíritu del proyecto: renacer de las adversidades, resurgir del naufragio y continuar el viaje con más fuerza. La embarcación, trasladada desde la marina de Valencia, ha sido acondicionada para resistir las duras condiciones del océano y servir además como aula flotante. A bordo, la tripulación documentará cada etapa del recorrido, compartiendo contenidos educativos sobre geografía, historia naval y medio ambiente.
Sanlúcar, punto de partida y regreso
No es casual que la travesía comience —y deba terminar— en Sanlúcar de Barrameda, el mismo puerto desde el que partió la expedición de Magallanes y Elcano en 1519. En palabras de Solá, “Sanlúcar es el alfa y el omega de esta historia. De aquí partieron los primeros que demostraron que la Tierra era redonda, y aquí queremos culminar nuestro homenaje”.
Con viento favorable y la determinación intacta, Pepe Solá y su tripulación encaran una odisea moderna que combina aventura, historia y superación personal. Quinientos años después, la estela de Elcano vuelve a surcar los mares. Y si la naturaleza lo permite, El Fénix renacerá donde todo empezó.