
Cruz Roja refuerza su programa contra la soledad en el final de la vida en San Fernando

Desde el año 2018, el centro de Cruz Roja de San Fernando coordina el programa llamado "Final de Vida y Soledad no Deseada", que se trata de una iniciativa que ofrece acompañamiento para todas aquellas personas en situación de vulnerabilidad emocional y social que están en el tramo final de sus vidas. En 2024, este proyecto atendió a 145 isleños, merced a la labor de profesionales y voluntarios que han sido formados específicamente para esta tarea.
El programa es de ámbito nacional, en toda España, desde el año 2016 por la Fundación La Caixa. El objetivo prioritario es mitigar el impacto de la soledad no deseada en pacientes y personas que se enfrentan enfermedades graves o el envejecimiento estando en un contexto social de aislamiento.
Ana Reyes, responsable del programa en San Fernando y trabajadora social explica que la labor del voluntariado es básica para minimizar ese sentimiento de abandono. “La soledad no deseada, especialmente al final de la vida, puede tener efectos físicos y emocionales muy serios. El acompañamiento ayuda a que estas personas no se sientan invisibles”.
Coordina a cuatro psicólogos que marcan las directrices de intervención así como la supervisión de los voluntarios. La terea de acompañar se en los domicilios, algo que distingue a San Fernando del resto de la provincia, que están más orientados a hospitales y residencias.
Reyes explica que no sólo son beneficiarios las personas mayores pues igualmente hay jóvenes con enfermedades degenerativas o terminales que gozan de la ayuda y se les ofrece apoyo emocional en una etapa que se toma -en muchas ocasiones- con temor, confusión o necesidad de reconciliación personal.
La importancia de la labor de Cruz Roja en San Fernando
Uno de los casos más representativos es este programa es el de María Gil, voluntaria, y María Sevillano, que es una usuaria de este proyecto. Su relación se inició como parte de este acompañamiento pero con el tiempo ese vínculo afectivo ha sido más profundo y ejemplifica el impacto del trabajo voluntario.
“El acompañamiento ayuda a muchas personas a hacer una lectura de su vida, a entender sus emociones, a cerrar ciclos, incluso a prepararse para despedidas necesarias”, dice Reyes. El programa esta orientado a la despedida en vida, como forma de aliviar cargas emocionales que están pendientes.
En paralelo a este trabajo de acompañamientos domiciliarios, Cruz Roja extendió su intervención a centros hospitalarios de la provincia. En 2024 fueron 1.200 personas en las que se atendieron en el marco de los cuidados paliativos, teniendo presencia en hospitales como el Puerta del Mar de Cádiz y el Hospital de Jerez, al igual que en residencias como San José, Fragela o la propia residencia de Cruz Roja en San Fernando.
“En casa hay que tener mucho cuidado, porque se accede a la intimidad más profunda de alguien muy vulnerable. El voluntario no está para cubrir carencias materiales, sino para acompañar emocionalmente”, explica Reyes. La intervención domiciliaria precisa de una preparación específica donde, antes de iniciarse el programa el equipo técnico realiza una visita previa a fin de confirmar que la persona cuenta con sus necesidades básicas cubiertas.