De la resistencia al reconocimiento: María Valle y la educación pública en Cádiz

El CEIP Carola Ribed ha sido testigo de muchas historias a lo largo de sus 76 años de vida en Cádiz, pero ninguna ha dejado tanta huella como la de María Valle. Tanta, que quiere llevar su nombre. Y es que esta histórica presidenta de la entonces llamada Asociación de Padres de Alumnos (APA) se enfrentó en los años 90 a un desafío que parecía imposible: evitar el cierre del centro y lograr la construcción de uno nuevo.
Su compromiso inquebrantable con la educación pública marcó un hito en la historia del colegio y, hoy, en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, su nombre está a punto de convertirse en el nombre oficial del centro.
Fue en 1992, cuando el tercero de sus hijos empezaba a cursar Parvulos en el Carola Ribed, el momento en el que las autoridades educativas anunciaron su intención de cerrar el centro, entonces ubicado en la calle San Juan Bosco. María se negó a aceptarlo y se comprometió a liderar una batalla que se prolongó durante más de una década.
No podía ser de otra forma. Y es que lleva en la sangre la defensa de la educación pública gracias a su padre, quien donó tierras cuando ella era una niña para abrir una escuela en Algodonales. Un ejemplo que la marcó para siempre y la impulsó a defender con uñas y dientes el futuro del colegio de sus hijos y de tantos hijos e hijas de Cádiz.
María Valle no dudó en involucrar y comprometer a otros padres y madres, así como a la sociedad gaditana en la causa. Con altibajos en el apoyo, María nunca abandonó la lucha y tampoco tuvo miedo de enfrentarse a las autoridades, ya fueran locales o regionales, mostrando su determinación en Cádiz, en Sevilla, o donde hiciera falta. Tanto fue así, que finalmente se logró paralizar el cierre del colegio.
Un nuevo comienzo
Con el cierre evitado no acabó la lucha, proponiéndose entonces la construcción de un nuevo colegio. Con ello, se abrieron nuevos frentes que consiguieron superar con la cesión de unos suelos en los antiguos terrenos de Varela por parte del Ayuntamiento y, con más dificultad, el compromiso de la Junta de Andalucía para financiar el proyecto. Al final, María Valle fue testigo de la primera piedra de un colegio que tanto sudor y lágrimas había costado.
Tras la finalización del centro en 2006, María fue nombrada presidenta honorífica de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) y continuó peleando por el pabellón polideportivo y para que se solucionaran los problemas de acerado que dificultaban el acceso al recinto escolar. En gran parte gracias a su tenacidad, el colegio cuenta hoy con unas instalaciones modernas y adaptadas a las necesidades que la educación demanda actualmente.
El legado de María Valle
Con sus cuatros hijos ya graduados en el CEIP Carola Ribed, María decidió dar un paso al lado para permitir que nuevas generaciones de padres ocuparan su lugar. Sin embargo, su legado perdura en el corazón del colegio y de toda la comunidad educativa.
Así se ha demostrado hace escasos días, cuando, tras un proceso participativo, la Ley de Memoria Democrática ha brindado a la comunidad del Carola Ribed la oportunidad de elegir en votación que el colegio cambie su nombre por el de María Valle. Un gesto que confiesa que le ha llenado de orgullo.
Una vez que la Consejería de Desarrollo Educativo apruebe oficialmente el cambio, el nombre de María Valle dejará una huella imborrable en la historia del CEIP y en la memoria de Cádiz por su dedicación a la causa de la educación pública en la ciudad.