Billetes, armas y droga incautadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil expuestos sobre mesa con tapiz verde.
Material incautado en la operación "Cocotero Palmera".

Desarticulada una narcoestructura familiar en Chiclana que operaba bajo la fachada del 'tele-droga'

La operación ha sido en conjunto entre la Guardia Civil y la Policía Nacional bajo el nombre de “COCOTERO-PALMERA”.

Actualizado:

Durante los últimos meses se ha estado investigando en Chiclana acciones delictivas que han concluido con la desarticulación de un grupo criminal que transformó varias viviendas en puntos funcionales de distribución, preparación y venta de drogas.

La operación ha sido en conjunto entre la Guardia Civil y la Policía Nacional bajo el nombre de “COCOTERO-PALMERA”, que finalizó el pasado 3 de junio de 2025 con tres registros en distintos domicilios que revelaron el entramado delictivo así como la incautación de un importante arsenal de estupefacientes, armas y dinero en efectivo.

El grupo estaba dirigido por una pareja que operaba de manera sistemática y organizada involucrando también a sus hijos menores en las actividades delictivas, se servía de la apariencia de normalidad familiar a modo de tapadera. El método delictivo funcionaba como “tele-droga”, que es la entrega de sustancias a domicilio o lugares en los que previamente se había acordado con los compradores. Era un sistema de alta movilidad, anonimato y gran dificultad para la acción policial.

Las primeras sospechas aparecieron hace unos tres meses, en el Área de Investigación del Puesto Principal de la Guardia Civil de Chiclana y del Grupo de Estupefacientes de la Comisaría Local de San Fernando se comenzó a recoger información sobre un grupo que actuaba en distintas zonas de la localidad.

Con prontitud se confirmó que los implicados estaban traficando con cocaína y heroína pero también con lo que se llama “rebujo” (una mezcla de ambas sustancias estupefaciente). La droga que vendían, al igual que el resto, era preparada, almacenada y, finalmente, vendida en tres viviendas que estaban separadas por funciones, la primera era a modo de guardería, otra donde se procedía al envasado y una tercera destinada a la venta directa.

Uno de los elementos que despertó las alarmas de esta operación se trató del uso de menores, que eran los hijos del cabecilla, empleados para llevar a cabo las entregas de droga. El objetivo era pasar desapercibidos y no llamar la atención de los cuerpos de seguridad. Cabe destacar el gran nivel de precaución por parte de los miembros de esta familia que tenían unas fuertes medidas de seguridad a la hora de hacer cada desplazamiento así como de la manipulación de las sustancias entre domicilios.

Tras semanas de vigilancia así como de la interceptación de numerosos compradores -que el algunos casos llegaban a pagar con joyas de oro posiblemente robadas-, se obtuvieron pruebas que resultaron suficientes para que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº1 de Chiclana accediera a los registros en los tres domicilios.

Venta de estupefacientes de la narcoestructura de Chiclana

En ellos se incautaron las referidas sustancias estupefacientes -cocaína, heroína, “rebujo”- así como otras sustancias de corte, billetes fraccionados, también de balanzas de precisión, una gran cantidad de teléfonos móviles, armas que formaban un arsenal compuesto por una escopeta de émbolo recortada calibre 12 con cartuchos de postas, también de un revólver municionado y diversas armas detonadoras con la munición.

Como resultado de la operación ha sido la detención de cuatro personas, tres de ellas arrestadas y una en calidad de investigada, bajo la acusación de tráfico de drogas, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas de fuego. El juzgado ha decretado ingreso en prisión para la pareja principal dejando en libertad con cargos a los otros dos implicados.

La operación “COCOTERO-PALMERA” pone de manifiesto como hay grupos criminales que ha perfeccionado los métodos para operar en entornos de viviendas o residenciales e, incluso, utilizando los vínculos familiares como cortinas de humo. La estructura delictiva ha sido totalmente desmantelada y sus principales responsables enfrentan a las consecuencias judiciales de sus actos.