Dos exentrenadores de fútbol infantil de Cádiz condenados por compartir material sexual con menores
Ambos jóvenes admitieron haber enviado imágenes sexuales a menores de 12 y 13 años en un grupo de WhatsApp y aceptaron penas mínimas de prisión, multa e inhabilitación
Dos exentrenadores del Club Deportivo Lagunense, en Cádiz, han sido condenados por difundir imágenes de contenido sexual en un grupo de WhatsApp donde participaban exclusivamente jugadores menores de edad.
Ambos jóvenes, de 21 y 22 años, reconocieron ante la jueza la autoría de los hechos, lo que permitió cerrar el caso mediante una conformidad que evitó la celebración del juicio previsto en el Juzgado de lo Penal número 3 de la ciudad.
Según adelanta Diario de Cádiz, los monitores habían compartido en ese chat varios stickers, gifs y pequeños clips de índole sexual que fueron visualizados por niños de entre 12 y 13 años. Uno de los acusados asumió haber reenviado desde su móvil material especialmente explícito, incluyendo imágenes en las que aparecían menores en actos sexuales.
La conducta se prolongó durante un intercambio de mensajes en el que, según relataron los denunciantes, algunos jugadores llegaron a borrar parte del contenido tras verlo.
La sentencia establece para el primer condenado un año de prisión por un delito de corrupción de menores, aunque la pena queda suspendida durante dos años bajo la condición de no reincidir y de cumplir con la obligación de realizar un curso de formación sexual.
Ambos procesados deberán afrontar una multa de 1.440 euros cada uno, al tiempo que quedan inhabilitados para ejercer profesiones que impliquen contacto con menores: cuatro años en el caso del principal acusado y un año en el del segundo.
La denuncia que activó la investigacion
El origen del procedimiento se remonta a febrero de 2025, cuando la madre de uno de los jugadores revisó el teléfono de su hijo y encontró varios vídeos cortos de naturaleza sexual explícita. Tras confirmar que el material provenía de los entrenadores del equipo infantil, contactó de inmediato con el presidente del Deportivo Lagunense, Javier Rivero, a quien remitió las imágenes y solicitó la destitución de los jóvenes.
Rivero declaró que consideró los hechos “inadmisibles” y aseguró que actuó con rapidez, eliminando el grupo y reuniéndose con el cuerpo técnico y las familias. No obstante, la familia denunciante sostiene que la reacción no fue tan inmediata como se dijo públicamente.
Según expresó a Diario de Cádiz, los entrenadores no fueron apartados de forma tajante hasta que la Policía Nacional los citó a declarar, lo que generó tensiones internas y un clima de notable malestar entre los padres del equipo.
División entre las familias
La reunión convocada por el club para informar sobre los hechos evidenció la división existente entre los progenitores. Algunos padres señalaron que desconocían el contenido difundido y mostraron preocupación por la falta de supervisión en los canales de mensajería utilizados por el equipo.
Otros, sin embargo, mantuvieron una postura más indulgente y defendieron el trabajo previo de los monitores, restando gravedad a lo ocurrido.
La familia denunciante manifestó sentirse aislada tras exponer el caso y afirmó haber recibido comentarios que minimizaban la situación. Consideraron que su denuncia era necesaria para proteger a los menores, independientemente de la percepción del resto de familias.