Portada del libro "El bosque de los sueños", sostenido en las manos de una mujer.
Portada del libro "El bosque de los sueños".

'El bosque de los sueños', la herramienta pionera en Puerto Real para que los niños comprendan la violencia de género

El proyecto que acompaña emocionalmente a los niños que sufren violencia de género y rompe el silencio en casa

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Más de 1,7 millones de niños y niñas en España —un porcentaje del 18% de los menores— crecen en hogares donde el padre ejerce violencia contra la madre, según la macroencuesta de violencia contra la mujer del año 2019.

A esta realidad se añaden los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el que solo en el año 2024, 1.758 menores tenían medidas de protección activas vinculadas a casos de violencia de género.

En la mayoría de los casos, 1.439 niños y niñas eran hijos del propio agresor, lo que evidencia la dimensión amplia de un problema que afecta a miles de familias.

Aunque estos menores son considerados víctimas directas, su atención continúa siendo insuficiente. Los procedimientos institucionales se centran de forma general en la mujer adulta, asumiendo que, si ella recibe apoyo y medidas de seguridad, los hijos quedan automáticamente protegidos.

No obstante las organizaciones especializadas alertan de que esa visión es incompleta y deja sin respuesta las necesidades emocionales, psicológicas y sociales de la infancia que ha convivido con la violencia.

Una de las entidades que trabaja a diario con esta realidad es Aperfosa, la Asociación Peniel de Rehabilitación y Formación Social, que gestiona la Casa de Acogida Los Almendros, en Puerto Real.

Allí viven mujeres —muchas de ellas son migrantes— y menores en situación de especial vulnerabilidad. El equipo técnico observó que, pese a la gravedad de los hechos que han vivido, los niños suelen quedar relegados a un segundo plano y que en muchas ocasiones sus dudas rara vez se abordan con una herramienta específica y adaptada a su edad.

Durante los talleres de acompañamiento emocional, las profesionales detectaron que los menores comparten preguntas profundas y suelen repetirse, tales como: ¿Dónde está mi padre?, ¿qué ha pasado?, ¿por qué me ha abandonado?, o incluso ¿por qué papá maltrata a mamá?. Interrogantes y dudas que, al no resolverse, se transforman en culpa, miedo o confusión.

Aperfosa y su trabajo en Puerto Real

Con esa preocupación como punto de partida, el equipo de Aperfosa decidió crear un recurso educativo pensado para llenar ese vacío. El resultado ha sido “El bosque de los sueños. Historias que abrazan preguntas internas de niños y niñas”, un cuento especialmente diseñado para convertirse en una herramienta de acompañamiento emocional y en un espacio simbólico donde los menores puedan sentirse escuchados, respetados así como protegidos.

La educadora social Arantxa Álvarez y la trabajadora social Emma García han sido las promotoras de la iniciativa, que contó con la autoría literaria de Rafael Soto y la participación del personal técnico de Los Almendros.

Según Arantxa Álvarez, la obra nace de la necesidad de ofrecer respuestas desde “el amor de la palabra, el respeto y la consideración”, esto facilita y permite a los niños poner nombre a lo que viven sin sentirse culpables ni señalados.

El libro, dirigido a menores de edades comprendidas entre 5 y 9 años, utiliza historias protagonizadas por animales para abordar emociones como la tristeza, la rabia, la confusión o el miedo.

Cada capítulo va acompañado de una guía didáctica pensada para docentes y profesionales del ámbito social, que ofrece orientaciones y directrices para trabajar con la infancia de manera segura y comprensible.

La metodología se enfoca en validar las emociones, aclara muchos los conceptos sobre la violencia de género y reforzar la identidad y autoestima de los menores.

Uno de los elementos más innovadores del material es el uso simbólico de “superpoderes”, un recurso pedagógico que trata de ayuda a transformar las experiencias traumáticas en aprendizajes emocionales guiados.

A la vez, contribuye a desmontar estigmas sobre las casas de acogida, presentándolas no como espacios o lugares de castigo, sino como lugares son son de protección, escucha y reconstrucción personal.

Tanto el cuento como la guía están disponibles mediante Aperfosa, que cuenta con una larga trayectoria en la atención a mujeres víctimas de violencia de género y en la gestión de recursos de acogida especializados.

Para el equipo, esta herramienta representa un paso adelante en la visibilización de la infancia como víctima directa y en la creación de materiales que facilitan el poder trabajar con ellos desde la empatía, la claridad y el acompañamiento emocional.