El Cádiz CF quiere reencontrarse con su mejor versión en el Nuevo Mirandilla ante un Racing con gran pegada
Los de Garitano, todavía tocados por la eliminación copera en Murcia, reciben a uno de los equipos más goleadores de la categoría con la obligación de recuperar su fortaleza en casa
El Cádiz CF vuelve al Nuevo Mirandilla con un examen de altura. Tras la bocanada de aire en Córdoba (1-2) y el batacazo copero en Murcia, el equipo de Gaizka Garitano recibe a un Racing de Santander lanzado, con uno de los mejores ataques de la categoría y decidido a mantenerse en los puestos de ascenso directo… en un estadio donde solo ha ganado dos veces en los últimos 45 años.
La pregunta es qué Cádiz aparecerá: el sólido y eficaz de El Arcángel y de comienzos de temporada o el vulnerable y desordenado del Enrique Roca de Murcia y de los peores partidos de noviembre. La respuesta marcará buena parte del techo del equipo en este tramo de la temporada.
El Nuevo Mirandilla, que fue la base del buen arranque liguero, se ha ido enfriando: el Cádiz no gana en casa desde el 12 de octubre y encadena tres jornadas sin sumar de tres como local. Garitano fue claro en la previa: “Tenemos que recuperar la fortaleza en casa y buscar la segunda victoria consecutiva”.
El rival obliga a no fallar. El Racing llega como uno de los conjuntos más en forma de LaLiga Hypermotion: viene de pasar ronda copera y, sobre todo, de dos victorias contundentes en Liga, ambas sin encajar (0-2 en Burgos y 4-0 al Eibar).
Es, además, un equipo con muchísimo gol: suma más tantos (37 por 14), más disparos totales (178-120) y más tiros a puerta (91-46) que el Cádiz, con más posesión media (53% frente a 48%) y mayor precisión de pase (82% por 79%), según las estadísticas acumuladas hasta la jornada 16.

El cuadro amarillo, por su parte, contrapone su identidad clásica: intensidad, duelos y una defensa que, pese al bache reciente, sigue sosteniendo números de equipo fiable (menos remates concedidos, muchas recuperaciones y un volumen alto de acciones defensivas exitosas). El choque apunta a pulso entre la pegada cántabra y la solidez gaditana.
Un Cádiz mermado y obligado a reinventarse
La eliminación en Murcia deja secuelas futbolísticas y de gestión de grupo, pero también condiciona la alineación. Garitano pierde por lesión a Suso y Ontiveros, que siguen de baja; Joaquín González no llega a tiempo tras el esguince de la Copa; Fali continúa fuera; y Bojan Kovačević espera diagnóstico definitivo de una lesión de rodilla “considerable”, en palabras del técnico.
La buena noticia es que Moussa Diakité, expulsado en Copa, solo cumplirá sanción en el torneo del KO y “queda libre” para la Liga. Iza Carcelén ha trabajado mejor en los últimos días, pero su presencia en el once dependerá de las sensaciones finales; si no llega, Caicedo apunta de nuevo al lateral diestro.
Con ese panorama, Garitano volverá a tirar del bloque que ganó en Córdoba, con matices. Víctor Aznar se mantendrá bajo palos, con Iker Recio y Jorge Moreno (parece algo más remota la opción de Pelayo) en el eje, y Mario Climent en el lateral zurdo. Moussa y Ortuño forman la pareja de medios llamada a dar equilibrio, con De la Rosa y Ocampo en bandas y el doble delatero por el que viene apostando Garitano. El reto: mejorar la producción ofensiva en casa sin perder la estructura que dio resultado lejos de Cádiz.

Un Racing reconocible, con pólvora y memoria reciente
José Alberto López llega con casi toda la plantilla disponible y un once muy definido. El técnico verdiblanco, que ha insistido en quitar peso a los “recuerdos negativos” de diciembre pasado, ha construido un equipo alegre con balón, agresivo en la presión y con mucho talento entre líneas.
Íñigo Vicente es el gran generador y Villalibre, la referencia rematadora, bien arropados por la aparición de Peio Canales y la llegada de segunda línea de Andrés Martín o Gustavo Puerta. El Racing, además, maneja bien las transiciones y no renuncia a tener tramos largos de posesión, algo que obligará al Cádiz a ser muy fino en las ayudas por fuera y en las vigilancias.
En lo anímico, los cántabros llegan con la confianza de saber que en la última visita al Nuevo Mirandilla se llevaron los tres puntos (0-1), aunque la estadística global les recuerde que Cádiz no es precisamente un campo propicio.