
El Cádiz CF se olvida de las mujeres cadistas
El club lanza el spot de su campaña de abonos sin presencia de aficionadas

La campaña de abonados del Cádiz CF para la temporada 2025-2026 ha arrancado con fuerza, apelando al orgullo, al arraigo y a las emociones a través de un spot cuidado, emotivo y con un marcado sello local.
Sin embargo, el club parece haberse olvidado de una parte muy importante (cada vez más, afortunadamente) de la afición cadista. Ni rastro de presencia femenina ni en el spot ni en la rueda de prensa de presentación. Para el Cádiz, parece que no hay mujeres cadistas.
El vídeo, que busca conectar con el corazón de la afición, está protagonizado por cuatro hombres muy vinculados al club y a la ciudad: Peluca, autor de Los calaítas, chirigota ganadora del COAC 2024; el músico y compositor Riki Rivera; Miguel Valdivia, El Polla, figura carismática del entorno cadista; y el boxeador Jaime Romero, aspirante al campeonato de España.
Hasta ahí, todo más o menos bien. Pero hay un detalle que chirría. Una ausencia que resulta demasiado evidente como para pasarlo por alto: no aparece ni una sola mujer. Ni una aficionada, ni una abonada, ni una voz femenina que represente —aunque sea brevemente— a la mitad del cadismo que llena cada semana las gradas del Nuevo Mirandilla. Y ya se lo están haciendo ver.
El eslogan es flojo por no decir el peor de los últimos años, por otro lado, las mujeres ¿no existimos? Pues somos el 50% de vuestra potencial clientela y nos habeis olvidado por completo.
— Whovian Cadista 💛💙💛 (@conchitagarciat) June 9, 2025
El vídeo está rodado en espacios simbólicos de cada protagonista: el Gran Teatro Falla para Peluca, un camerino para Riki Rivera, un gimnasio para el boxeador y un salón de casa para el aficionado. Cuatro escenarios, cuatro protagonistas, cuatro hombres. Todo en el guion transmite autenticidad y cercanía, pero el relato es incompleto. Faltan ellas.
Y resulta más incompleto aún si se tiene en cuenta momento en que se encuentra este espectáculo en el que se ha convertido el deporte del balompié. Afortunadamente, cada vez hay más mujeres y niñas en los estadios, en las gradas, en las retransmisiones, en las alineaciones. Hay niñas que se hacen socias, mujeres que van a los desplazamientos, entrenadoras, periodistas, árbitras y directivas. El fútbol —y también el Cádiz CF— ya no es un espacio solo de hombres. Por eso, la ausencia de mujeres en una pieza institucional tan significativa resulta tan llamativa.
Las reacciones no se han hecho esperar. Varias aficionadas ya han alzado la voz en redes sociales denunciando esta ausencia, señalando con claridad que no se sienten representadas en una campaña que debería hablar en nombre de todo el cadismo. Los tuits que están comenzando a circular reflejan un malestar legítimo: no es una queja menor, sino una llamada de atención a un club que presume de familia, de barrio, de identidad… pero que ha olvidado mirar a todas las caras de su propia grada.
¿Costaba mucho poner a una mujer entre 4? ¿No hay mujeres cadistas en la ciudad?
Una vergüenza. Hasta yo que llevo años yendo, me siento incómoda viéndolo... ¿Cómo se sentirá de rara una niña que empieza a ir? ¿Y una que nunca ha ido pero está deseando?
Estas cosas importan. https://t.co/FjtCbh7z8Z— Rocío Gades 🔻✊♀🇵🇸 (@Rocio_Gades) June 9, 2025
Y no vale escudarse en que el Cádiz apostó por el fútbol femenino organizando un Trofeo Carranza femenino, porque aquella apuesta se ha quedado ahí. No ha tenido continuidad ni desarrollo. La visibilidad y la representación no pueden limitarse a una cita puntual o a una estrategia de imagen. Son compromisos que deben reflejarse también en gestos cotidianos y en campañas como esta, que hablan directamente a la afición.
El contraste es aún más evidente cuando se observa que, para crear líneas de ropa cadista específicamente dirigidas a las mujeres, el club sí se acuerda de ellas. A la hora de dirigirse a las aficionadas como consumidoras, no hay olvido. Pero cuando se trata de darles voz, espacio, imagen e identidad dentro del relato institucional, el club cadista se ha olvidados de ellas.
Opciones e historias hay miles. Una madre que lleva a sus hijos al estadio. Una joven que anima desde Preferencia o desde un Fondo jornada tras jornada. Una veterana que renueva desde hace décadas. Una niña que se prueba su primera camiseta amarilla. Una peñista, una socia fundadora, a una abonada histórica (a las que el club reconocio no hace mucho). Historias hay —y muchas—, solo había que acordarse.
Y no vale la excusa de que "estos eran los disponibles" o que "representan bien al Cádiz". Porque si se hubieran planteado incluir a una mujer, la habrían encontrado. Y si no se pensó en ellas desde el principio, es que el problema está en el planteamiento.
Lo preocupante no es solo la omisión. Lo preocupante es que nadie dentro del club se haya dado cuenta antes y haya detectado esta ausencia como algo más que un olvido.