El Cádiz deja pasar una oportunidad de oro en Granada para soñar despierto

Sí. Se habla de finales faltando más de diez jornadas. Que se lo digan al Granada y especialmente al Cádiz, que se han visto las caras en el nuevo Los Cármenes este lunes, Día de Andalucía, dejando clara la presión que tenían en el cogote.
Los rojiblancos llegaban a la cita en plena mala dinámica y los amarillos, en clara mejoría desde el relevo en el banquillo, sin margen de error y obligados a ganar para meterse de lleno en la pelea por la salvación.
Al final, tablas. Y el Cádiz que deja pasar una oportunidad de oro en Granada para soñar despierto tras jugar con uno más durante una hora.
La primera parte estuvo del lado del Cádiz en todo menos en el marcador, ya que se llegó al descanso con el cero a cero inicial.
Dos regalitos del Granada no fueron aprovechados del todo, pero dejaron la cosa más a favor de cara a la segunda parte. Negredo recibió ambos. En el primero, tras una error de Domingos Duarte, se quedó solo ante el portero y no finalizó con éxito. Y en el segundo, fue precisamente Duarte quien acabó viendo la tarjeta roja directa al verse obligado a derribar al delantero de Vallecas cuando encaraba la portería tras un fallo de Germán.
Curiosamente, desde que el Cádiz estuvo con uno más, el Granada estuvo mejor y fue cuando disfrutó de su mejor ocasión, desbaratada por Ledesma.
La primera parte tuvo color amarillo, sí. Pero si hay que ponerle color a la imprecisión, fue rojiblanca y amarilla. Y es que ambos equipos mostraron lo que había en juego en numerosas acciones y los nervios hicieron acto de aparición en multitud de ocasiones.
En la segunda parte Sergio lo intentó con muchos cambios para tratar de que sus pupilos lograran el tanto de la victoria, pero no fue un buen día. Ninguno de los jugadores estuvo a la altura en un partido señalado como final y, pese a jugar con uno más parte del primer tiempo y toda la segunda mitad, el Cádiz perdió una gran oportunidad de ver de cerca la permanencia.
Se tuvo alguna que otra ocasión clara, pero también se abusó de los centros. Y no se supo jugar ni con los nervios ni con el hecho de estar con uno más. Impotencia pura y dura.
Adiós a tres puntos de oro, adiós a ganar el goalverage a un rival directo y dejarlo noqueado, más de lo que estaba. Y es que al final el punto deja al Granada buen sabor de boca.