Momento de la intervención de la Coral de la Universidad de Cádiz.
Concierto de Navidad en el Gran Teatro Falla.

El Gran Teatro Falla cierra su temporada con un concierto de Navidad que une a Bach y la Universidad de Cádiz

Un concierto para pasar de la noche al día: la propuesta navideña que cierra la temporada del Falla

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El Gran Teatro Falla de Cádiz cierra mañana, sábado día 20 de diciembre, su temporada de invierno con una cita que se ha convertido en toda una tradición como es el concierto extraordinario de Navidad ofrecido por la Orquesta y la Coral de la Universidad de Cádiz (UCA).

Con horario a partir de las 20:00 horas, bajo la dirección de Juan Manuel Pérez Madueño, el público gaditano podrá disfrutar de un programa cuidadosamente diseñado para evocar el tránsito simbólico de la noche a la luz, de la melancolía a la alegría, en un interesante recorrido musical que enlaza la introspección con el espíritu festivo propio de estas fechas.

En esta edición, la programación combina la calidez del repertorio británico con la profundidad espiritual del barroco alemán. En la primera parte sonará la clásica “Carol Symphony” del compositor Victor Hely-Hutchinson, una obra inspirada en algunos de los villancicos más conocidos de la tradición europea.

En la segunda, el protagonismo recaerá en dos cantatas del “Oratorio de Navidad” obra de Johann Sebastian Bach, con las incomparables voces de Lucía Millán (soprano), María Ogueta (alto), Juan Ramos (tenor) y Andrés Merino (barítono) como solistas invitados.

El director Juan Manuel Pérez Madueño explica que el concierto está ideado como un trayecto simbólico que va “desde la noche de Nochebuena hasta el amanecer del Día de Reyes”.

La programación busca reflejar la dualidad emocional de estas fechas, donde la nostalgia de la infancia y la serenidad del invierno en la que conviven la ilusión y la esperanza.

“Siempre hay algo sensual en la noche, algo por descubrir mientras nos detenemos a contemplar su belleza”, esplicaba Pérez Madueño, citando la inspiración que evoca "Clair de lune’"de Claude Debussy, pieza que ilustra perfectamente esa atmósfera íntima y reflexiva.

La transición hacia el día se expresa, según el director, en obras como "Chanson de nuit" y "Chanson de matin", que simbolizan la evolución de tipo emocional desde la calma a la alegría.

Villancicos, tradición y evocación en Cádiz

La primera parte del programa estará dedicada al compositor británico Victor Hely-Hutchinson, que nació en Ciudad del Cabo, cuya “Carol Symphony” es una celebración del espíritu navideño.

La obra, estructurada a partir de villancicos tan mágico y tradicionales como “Adeste fideles”, “God Rest Ye Merry Gentlemen”, “Coventry Carol”, “The First Nowell” y “Here We Come a-Wassailing”, recrea un paisaje sonoro lleno de luz, nieve e inocencia.

Pérez Madueño señala que la sinfonía está impregnada de guiños a grandes maestros como Bach, Rimsky-Korsakov y Stanford, fusionando la tradición coral con la sensibilidad orquestal de principios del siglo XX.

“El día amanece entre risas infantiles y regalos abiertos, y los villancicos ocupan su lugar junto al árbol, el belén o la chimenea. Es la música de la Navidad en su forma más pura” explicó Madueño.

La segunda parte del concierto estará consagrada a la obra de Johann Sebastian Bach, con la interpretación de las cantatas quinta y sexta de su Oratorio de Navidad, obras que el compositor alemán dedicó al tradicional relato de la Epifanía.

Según su director “nadie como Bach ha sabido entender mejor la relación entre música y palabra, entre Dios y la tierra”.

En estas piezas, la música se convierte en un lenguaje tremendamente espiritual que narra el viaje de los Reyes Magos y la revelación del mensaje navideño. Para Pérez Madueño, estas cantatas “culminan el tránsito de la noche al día que marca la estrella de Oriente”, que simbolizan la superación de la oscuridad y la búsqueda de un tesoro interior: la paz.

El concierto extraordinario del Gran Teatro Falla se presenta así como una celebración de la música, la tradición y la esperanza, que implica un cierre perfecto para la temporada y un preludio luminoso para las fiestas que llegan.